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FICHA TOMADA DEL LIBRO DE CARLOS ALEMÁN OCAMPO “AVENTURAS DE JUAN PARADO SEÑOR DE EL DIRIA” (Primera Edición 2002, Páginas 72 y 73) |
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Considerando de vital importancia para
los habitantes de Las Segovias el
enterarse de que nos califican como gente inculta, salvaje, carente de
sentimientos y matarifes consumados, creemos importante que conozcan lo que
el libro mencionado, en el título de
este artículo se dice sobre los segovianos, para esto tomamos el párrafo
siguiente: ....Salió a rodar fortuna y así
rodando y rodando por fin llegó a lado de las Segovias, desde antes de la
guerra. Ir a las Segovias no sólo era
la lejanía, sino montañas, tigres y peligros y sortilegios de otros contornos
que también andaban rodando, unos huyendo, otros despechados de las mujeres y
quienes vagos de profesión, andaban embaucando gente. La verdad es que en esos
lugares no se sabía cuando podían terminar con un cristiano, mucho menos
saber quién lo terminó. En las rondas de los trabajadores había gente
violenta y salteadores de caminos que sólo de verles la cara inspiraban
terror a los cobardes y respeto a los valientes. Vivir en las Segovias era cuestión
de cuidarse hasta de las miradas y los sentimientos. Una desavenencia era
cuestión de jugarse la vida. Cuando dos se caían mal, sólo uno podía salir
vivo de ese lugar, al menos que el cobarde huyera de noche. Por una mala
mirada, por una polca mal bailada, por una mazurquita con desaire para el
rival de una novia, por tan sólo pasar rozando a una muchacha cualquier
domingo de bailongo se arma la trifulca en serio, ya no digamos los
güiriseros en sus arreglos mal avenidos. Con las acusaciones de que uno se le
podía ir arriba al otro, aunque fuera por un penique de oro. El oro envenena la ambición y la vuelve
amoral. A veces desaparecía gente en la montaña, entraban seis y aparecían cuatro,
nadie preguntaba. Ser preguntón podía
costar caro. Y pleitos por mujeres, ni hablar, pero eso eran diferentes,
porque por una mujer el pleito es frente a frente y de improviso, a la
velocidad que te da el revoltijo de la pasión... Este es el concepto que en el
Pacífico de Nicaragua se tiene de las Segovias <pueblo salvaje e
ignorante, donde la vida no vale
nada> De esto se debe estar claro,
Alemán Ocampo, uno de los intelectuales del Pacífico mejor valorado, expone
claramente que piensan ellos de nuestro norteño territorio, eso hemos sido, y
si nosotros lo permitimos, seguiremos siendo para el Pacífico, una manada de
breñas sin ápice de civilización; además debe notarse la manera
desconsiderada con que trata nuestra toponimia Segovia, la pone en plural y
en singular como ignorando su modo de escribirse. Como muestra de la poca
importancia con que ven nuestras cosas, cuento que una vez, unos estelianos,
le consultaron a Carlos Alemán O. cómo se debía escribir el patronímico de
Estelí, el respondió con marcada superioridad que era estiliano, y los
preguntones anduvieron haciendo un gran alboroto con el tal estiliano
santificado por Alemán Ocampo que casi logran que Escritores del Pacifico de
Nicaragua, en esta última década, han escrito dos libros importantes para la
historia cultural del país, uno
<Escritores de Nicaragua> y el otro <Atlas de Los habitantes del Pacífico de
Nicaragua deben estar claros de que sí, somos un pueblo campesino, pero hemos
demostrado a través de nuestra historia que el segoviano es valiente, hombre
o mujer de pantalones y naguas bien puestas, trabajadores hasta la temeridad
y dispuestos siempre a ir hasta las últimas consecuencias cuando sea
necesario en defensa de la dignidad, honra y verdad de cada uno de los
miembros de nuestra sociedad y de la patria.
Por
Segovia a JOSE FLORIPE FAJARDO Escritor Esteliano Aportado por: Byron Picado http://texoxes.galeon.com |