ENTRE LOS SUEÑOS Y LA REALIDAD

 

Su delgada sombra se reflejaba sobre la playa, caminaba sin preocupación, más bien parecía estar en trance o éxtasis, en medio de tanta belleza, un paraíso terrenal. Cada día hacía lo mismo, una cotona blanca decorada con símbolos prehispánicos, mediana barba y cabello largo, llevando consigo dos baldes; –pensaba yo- será hippy o acaso un poeta en esta tierra de poetas; ¿quién será?

 

El Sol seguía su inexorable camino reduciendo el reflejo proveniente del Este, mientras dejaba ver las siluetas de la lejanas montañas; el poeta cual reloj perfecto regresaba a la misma hora de ayer, con un balde rojo y otro amarillo, los mismos que había llevado en la penumbra matutina y que apenas se distinguían.

 

Yo estaba en medio de dos guardianes gigantes, cuyos conos aún se cubrían con niebla, sin ellos el Cocibolca habría dejado de existir, ellos lo crearon y ellos lo protegen; cuentan por ahí, que hubieron hombres codiciosos que quisieron cercenar sus playas para unirlas a la bahía de San Juan del Sur. Dicen también que esos mismos hombres como lobos hambrientos están por ahí, no se visten como poetas, mas bien parecen haber salido de la película de Matrix.

 

Están disfrazados en instituciones, protegidos por inmunidad y las leyes que ellos mismos crean; algunos hasta han hecho su refugio al pie de los gigantes -Concepción y Maderas- que forman parte de Ometepe, buscan negar la belleza a los hijos de la isla. En estos santuarios creados con abundancia resultante de la rapiña, protegen a consorcios que destruyen lentamente la belleza del Cocibolca, han traído extraños peces, que devoran sin cuartel ni piedad a los guapotes y mojarras que desde el tiempo de los sueños han vivido ahí.

 

Aquí también, bajo la sombra de los gigantes, vienen a fabricar la demagogia política que subyuga a hombres y mujeres, en sueños fabulosos que solo pretenden el dominio de las mentes, de los descendientes de Nicarao y Diriangen. Mientras tanto, miles salen a Costa Rica por esta vía lacustre, tras el abandono de una economía desvastada, cuya única línea de flotación es la mentira y retórica política; donde algunos creen que, hay país por cárcel, que la piñata no es solo cuestión de los niños, que los bancos son tesoros de políticos, las instituciones públicas son personales y el pueblo tiene el poder ciudadano.

 

El poeta volvía ahora bajo la luz muy clara del astro rey –El Sol-, talvez pensando lo mismo que yo o murmurando versos que cuentan historias de gigantes e islas encantadoras, soñando con el paraíso de ríos de leche y miel. Dicen que el poeta se volvió científico y después no pudo conciliar sus sueños de artista con la realidad, por lo que decidió vivir en la playa para siempre y convertirse en defensor de los animales, tras la incapacidad de defender su propia especie, de personas malintencionadas.

 

Ing. Juan Leonardo Chow

 

 

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