1. Trate de hacer todo bien, desde el principio hasta el
final, cuidando los detalles.
2. Planee con tiempo cada uno de los procesos y actividades. Así se evitarán
las improvisaciones que tanto daño hacen a la calidad.
3. Ponga los cinco sentidos en lo que hace (atención y concentración):
requiere esfuerzo pero vale la pena por la calidad obtenida.
4. No se acelere, declárele la guerra a las urgencias. Serenidad, calma, pero
sin pausa.
5. Revise las cosas dos veces. Tenga una actitud permanente de auto evaluación
de sí mismo y de todo lo que hace. No se conforme con la calidad obtenida.
6. Cuidando las cosas pequeñas, la calidad se convierte en excelencia: cada
vez un poco mejor.
7. Tenga ojos para ver lo que otros no ven: detalles que pueden ser mejorados.
Detecte los problemas cuando son pequeños y soluciónelos en ese momento.
8. De nada sirve cuidar la calidad de vez en cuando, o en algunos procesos.
La calidad es en todo y siempre.
9. Armonía en los detalles. Buen gusto. La calidad es bella y lo pequeño es
hermoso.
10. Calidad en nuestro ser. Calidad en nuestras actividades. Calidad en las
cosas.
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