LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER

Hay un límite en donde la tolerancia deja de ser virtud.

BURKE

 

 

En este artículo me parece urgente y necesario abordar el tema relacionado a la violencia hacia el género femenino, como nace, se desarrolla y se lleva a la práctica, ya que este es un problema considerado de salud pública; a diario lo leemos en los periódicos, lo vemos por la televisión;  cuantas mujeres han muerto a manos de sus propios compañeros de vida o de algún conocido cercano en quienes ellas confiaban; aquí mismo en nuestra ciudad de Estelí.

 

Iniciaré hablando de algunos conceptos generales para hacer más comprensible lo que es el fenómeno de la violencia. La violencia implica el uso de la fuerza física y el poder con el objetivo de intimidar, controlar, someter, doblegar e incluso matar. Siempre tiene la connotación de daño. Podemos decir que existen diferentes tipos de violencia, la física, psicológica o emocional, sexual y la violencia económica. La violencia física es cuando una persona ejerce fuerza sobre otra, esto implica contacto corporal. La violencia psicológica o emocional es cuando una persona ejerce poder a través de chantajes, sobre otra, sin tener que recurrir a la violencia física. Usa su posición de poder y autoridad para controlar, manipular, subyugar a personas bajo su dominio.

 

La violencia sexual, como su nombre lo indica es cuando una persona exige contacto o relaciones sexuales con otra sin que ésta dé su consentimiento; esto implica cualquier tipo de comportamiento sexual impuesto por otra persona: el hostigamiento, los piropos y vulgaridades no deseadas. La violencia económica se refiere al abuso de poder de una persona sobre otra en el ámbito económico, se manifiesta cuando un padre se niega a entregar la pensión alimenticia de sus hijos. Por lo general ninguno de estos cuatro tipos de violencia se encuentra de forma aislada, es decir, si en una relación de pareja el hombre hace uso de su violencia física, es casi seguro que este presente también algún tipo de violencia económica.

 

Lo que significa ser Hombre: Es una pregunta que se escucha cada vez con más frecuencias en nuestras sociedades. Los hombres tienen características que han sido construidas socio-culturalmente, entre las cuales podemos mencionar: la forma de vestir (camisa, pantalón), la forma de tratar a las mujeres (imponentes, agresivos, violentos), sus hábitos sociales (fumar, tomar alcohol, participar en deportes rudos, ser mujeriegos), y hasta en la forma de relacionarse entre sí(competencia, violencia, brusquedad).

 

Este modelo de aprendizaje, es decir desde la niñez mediante las experiencias de vida, y en el discurso social a través de todo el sistema cultural, político, religioso y los medios masivos de comunicación son interiorizados por cada hombre, moldean su carácter y personalidad e influyen de manera contundente en su desarrollo personal y en su comportamiento, tanto en lo íntimo como en lo público.

 

No quiere decir, sin embargo que todos los hombres compartan los mismos valores, actitudes y comportamientos o que reproduzcan en sus vidas exactamente lo que produce el modelo predominante de masculinidad. Cada hombre es un individuo, y tiene su manera particular de interpretar, interiorizar y manifestar sus patrones de masculinidad, que la sociedad busca asignar de manera uniforme a todos los hombres. Por eso es importante diferenciar entre la identidad masculina asignada (el modelo), y la identidad masculina asumida (la propia de cada hombre).

 

La adquisición de los valores y comportamientos aprendidos, denominados masculinos se deben no tanto a la naturaleza, sino más bien a un proceso de socialización (aprendizaje). Por tanto, por tratarse de valores y comportamientos modificables, siempre y cuando estemos abiertos a hacer una reflexión crítica sobre su construcción social de modo que se puedan transformar conceptos, valores, actitudes y conductas; es decir que todo lo que se aprende se puede desaprender y llegar a una madurez psicológica. 

 

Los estereotipos de género que la sociedad impone sobre mujeres y hombres tienen efectos devastadores para las mujeres. Ellas no gozan plenamente de los derechos humanos y sus oportunidades en la vida son muy reducidas en comparación con la que tienen los hombres.

 

La asignación de responsabilidades reproductivas, la delimitación de su quehacer al ámbito privado (la casa, la familia), lo que a la vez, inhibe su desarrollo humano integral. Como consecuencia, la salud de la mujer (física- mental),  resulta seriamente afectada, ya que el sacrifico que hacen para asegurar el bienestar de las personas dentro de la familia van dejando su secuela a lo largo de la vida; siendo este el resultado del sistema de sexo-género con dominación masculina. De hecho el incremento de incidentes de violencia en Nicaragua, especialmente la violencia conyugal, permite definir la violencia intra familiar como un grave problema social y de salud pública, que el Ministerio de Salud decretó en 1996, y a su vez acepta la obligación de diseñar políticas y estrategias para la erradicación del problema.

 

Mensaje: “La forma de ser hombre genera efecto negativos, sobretodo para las mujeres, las relaciones humanas no deberían estar determinadas por el poder de dominio, muchas veces mediante la violencia. El abuso de poder y el ejercicio de la violencia son comportamientos aprendidos socialmente y por tanto son modificables”.

 

Lic. Adilia Medina.

Psicóloga Clínica.

Tel: 00505 713-2241