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LADRILLERIAS SEGOVIANAS UNA ALTERNATIVA ECONOMICA PARA MUCHAS FAMILIAS |
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Las ladrillerías del Norte de Nicaragua, especialmente para las Segovias, en particular Yalagüina, que es donde se fabrica más este material, es una alternativa de trabajo para muchas familias y una actividad muy importante e indispensable para el desarrollo de la construcción, ya que es utilizado para realizar diferentes trabajos, desde una pequeña casita hasta un gran edificio, también se utiliza para hacer otras obras como: piletas, cercos, tapias etc, donde el barro como materia prima juega un rol fundamental para la fabricación artesanal de los mismos. Las fábricas cuentan con la
infraestructura y medios de trabajo necesarios para la elaboración de estos
productos, entre ellos: casas o galerones, hornos de adobe con capacidades de
En este municipio hay alrededor de cincuenta y cinco microempresas de ladrillos, que existen desde hace mucho tiempo, las cuales son muy reconocidas a nivel nacional por su excelente calidad de su producto. Sus pobladores manifiestan que lo han heredado de sus antepasados quienes al igual que ellos, llevaban el sustento a su hogar con el desempeño de esta valiosa labor. Estas generan empleo a una gran
cantidad de gente, aledaña a estos lugares, entre ellos: los propietarios,
acarreadores, leñeros, horneadores, haladores de agua, transportistas y otros intermediarios
para este fin. En cada fabrica trabajan de cinco a diez personas de forma
permanente y otras de forma temporal, o sea que diariamente trabajan en total
entre Según Don César Buezo de sesenta y siete años, uno de los muchos fabricantes en la comunidad Los Encuentros y pionero en esta actividad, la elaboración de ladrillo es un trabajo muy agotador, por la forma artesanal que se hace, y constantemente tienen que estar en plena actividad para cubrir la demanda del mismo, ya que por su calidad, el ladrillo de esta zona es muy solicitado para las edificaciones, tanto del norte como del resto del país. Su elaboración consiste en halar la tierra negra, la que una vez reunida lo suficiente se moja con agua, agregando arena, barro y estiércol en proporciones moderadas, haciendo una mezcla consistente, luego se ubica en los moldes, cuando ya están secos se meten a los hornos a altas temperaturas para que se convierta en una pieza sólida de color rojo, lista para ser comercializada. Estos se venden por mayor y al detalle a un precio que oscila entre un córdoba a ochenta centavos la unidad. Esta labor a pesar que es bien difícil, es poca remunerada, debido a que para la producción del ladrillo se necesita de mucho dinero y de varias personas; y no cuentan con financiamiento por parte de las entidades financieras, por lo que la gran mayoría trabaja con capital propio. Según Buezo, estas fabricas son las que generan la mayor cantidad de empleo en esta zona, ya que casi no hay otras opciones de trabajo, y para llevar el sustento a su familia tienen que trabajar en éstas, que de alguna manera, aunque sea en pocas proporciones, ayudan al bienestar económico de sus hogares. Para los propietarios de las mismas, sería fundamental la adquisición de maquinarias adecuadas para esta labor, para industrializar más este producto y obtener mayor productividad con menor esfuerzo físico humano y aumentar considerablemente la producción con mayor calidad. A pesar de todo, a los fabricantes les queda la satisfacción de saber que muchos hogares son construidos a diario por sus ladrillos, hechos con sus manos ingeniosas y laboriosas, que ayudan en gran manera a la economía y progreso de este país. Revista El Esteliano. www.elesteliano.com elesteliano@elesteliano.com Telefax # 00505 713-2164 |