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PINTOR HAROLD JARQUIN Lo que sembramos no se ha caído |
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Harold Jarquín Dávila hijo de Manuel
Jarquín Valle y Mercedes Dávila Espinoza nació en Siuna, Costa Caribe
nicaragüense en 1954. Se traslada con sus padres y familia a la ciudad de Estelí cuando tiene cuatro años
en 1959. Con una diferencia de siete años,
su hermano mayor Manuel hacía dibujos desde su infancia, así como tallados en
madera con altorrelieves y pintados con acuarela, en otros momentos hacia
copias de los comics que aparecían publicados en
los periódicos nacionales como El Fantasma, así comenzó a valorar el dibujo
viendo lo que hacía su hermano, posteriormente hizo copias semejantes
pintadas con acuarela. Su padre había recibido un curso
por correspondencia sobre radio técnica y las tareas encomendadas las hacía por medio de unos
dibujos con trazos finos y buen gusto, delineando diagramas electrónicos
sobre papel milimetrado y papel cebolla, esto también motivó a Harold a tomar
en cuenta el esmero y acabado de los dibujos y pinturas de su creación. Los primeros dibujos los realizó
durante sus estudios del segundo grado de primaria, motivado por algunos
gráficos e ilustraciones del libro Coquito donde presentaban imágenes de
animales, pescado, osos y figuras
humanas. También observaba las imágenes sobre un papelografo
conteniendo figuras para aprender a deletrear. Recuerda que algunas maestras
eran hábiles para dibujar los pollos, gallinas y gatos. Durante toda la escuela primaria
y sus estudios de secundaria pasó
distraído con esta afición por el dibujo, las profesoras lo buscaban para
encargarles algunos dibujos con temas históricos y de ciencias naturales como:
Pericles, los mapas de las guerras púnicas y las guerras del imperio romano,
un cocodrilo, etc. Esto le produce prestigio y demandas por el colectivo de
docentes. En otros momentos la profesora
le encargaba dibujos
alusivos a la decoración de la
pizarra con ramos de pino, pastores y letras alusivas a la festividad de
Navidad o celebraciones para el día del árbol. A partir de la muestra de pintura
de Estelí presentada en el Club Social en 1974, se siente motivado para
mostrar a otros pintores una serie que había realizado de dibujos con bolígrafo
sobre papel bond,
por lo cual tuvo aceptación y buenos cometarios de parte de sus
colegas. Con una visión critica sobre la
situación política y de opresión durante la dictadura de los Somozas realiza una pintura de denuncia sobre la
violaciones y maltratos a las mujeres del Cuá por parte de los militares de
la Guardia Nacional, plasmado en la pintura titulado Violación, realizado a
base de tempera, este cuadro se lo llevó su hermano Tony hacia México y allá fue
vendido. En otra pintura plasmó la aplicación de la ley del bozal sobre las
radios en este período nicaragüense. Hizo otras pinturas tituladas
Originaria presencia y La matanza del 200,posteriormente
hace a base de crayolas
la obra titulada Picoteando, con la representación de unas aves en la rama de
un árbol. Los temas abordados son momentos o
etapas de la coyuntura social, política, histórica de la época. En
algunas pinturas aparece una visión
futurista a partir de lo que observa y con preocupación humanistas sobre la
realidad nacional e internacional: las guerras, la destrucción del hombre por
el hombre, las migraciones hacia los Estados Unidos como en el cuadro
Caminantes, en otros es en relación a la destrucción del medio ambiente, la
sobrevivencia de los animales del mar frente a la descomunal depredación. Para realizar la obra artística se
vale de diferentes técnicas pictóricas como el dibujos a tinta china aplicado con plumilla o rapidograf, tempera, crayones, tinta de bolígrafo y carboncillo,
para el futuro se prepara para experimentar con óleo. Ha participado en diversas
exposiciones colectivas a nivel
nacional e internacional, se integra al grupo de pintores Tlapacalli
de Las Segovias en 1986 donde primeramente fue vice
coordinador y en otro periodo fue
coordinador del mismo. Finalmente Harold nos dice: Me
siento alegre porque lo que sembramos no se ha caído, actualmente existe todo
un potencial de artistas jóvenes, pero no se les ha apoyado lo suficiente.
Tendremos que reunirnos nuevamente para hacer un núcleo fuerte de pintura esteliana, motivar a los jóvenes a que pinten y montar
exposiciones de pintura como las que se realizaban cada año en la Casa de
Cultura Leonel Rugama de Estelí. Pienso que tengo que reencontrarme
nuevamente, tengo varios bocetos para
trabajar y espero dedicarle más tiempo al arte, manifiesta. Bayardo Gámez Pintor, arqueólogo y docente. SINSLANI |