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MIS PENSAMIENTOS Y YO...
(II parte) |
Dra. Débora Flores
Acuña Psicóloga Clínica,
Criminal y Forense Tel: 714 204 * 831
2720 |
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Son muchos factores sobre los que
se hace necesario reflexionar, respecto a la toma de decisiones en el plano
íntimo, especialmente la dificultad para escucharnos, para tener el coraje de
atender el sistema de alarma que llevamos en nuestro interior, esa vocecita
que callamos con una vida muy agitada, o con una vida loca o desenfrenada
donde todo lo que de placer( aunque sea muy temporal), es bienvenido sea la
ingesta de alcohol, uso y abuso de drogas o todas aquellas conductas insanas
como la promiscuidad, donde guardar la virginidad espiritual y a veces hasta
física se ha perdido como un valor y autocuido
responsable. Se disculpa con el libertinaje o
lo moderno de la época, el famoso decir
"son otros tiempos". ¡Si! estamos en otros tiempos, es otra realidad
por tanto vivencias diferentes, pero igual no se justifica la pérdida de
principios en el diario convivir, la esencia del ser humano. Es necesario pues escuchar
nuestros pensamientos y encontrar ese equilibrio interno que se logra
buscando dentro, todo aquello que nos permite ser plenos, genuinos,
congruentes, y por sobre cualquier otro valor aprender a respetarnos y
amarnos; lo que permitirá relacionarnos con madurez con los demás. No es ofuscarnos, luchar por
querer cambiar a otro, cuando ni siquiera hemos podido con el rollo personal,
si se te hace difícil ponerte atención como podrás lograrlo con un ser ajeno;
en cambio si logras verte con paciencia, con amor con tolerancia, con
objetividad, te cuestionas y haces muchos ejercicios para conocer cuales son
tus debilidades, tus fortalezas, cuales son tus muletillas que obstaculizan
tu desarrollo, dejas de sentir lástima por ti mismo por todo lo malo que
halla pasado y tienes el valor de esculpir el ser humano que tienes dentro, estarás
demasiado/a ocupado/a como para desboronar tu vida intentando cambiar a otro,
sea, de forma pasiva o de forma activa. De forma pasiva cuando dejas de
hacer todo aquello que contribuye a tu desarrollo por cedérselo a tu pareja
como, un simple espacio para estar consigo misma/o, o tu momento de
recreación, de lectura, de ejercitar, por que crees que te debes solo a los
demás; y de forma activa cuando tu actuar ya es enfermizo y no tienes
libertad ni poder de decisión personal, aún cuando lo justifiques por una
situación económica, inclusive por la seguridad de tus hijos o por una casa.
Recordemos que nuestra dignidad y seguridad física y emocional no tienen
precio y es una relación saludable la que necesitan nuestros progenitores, en
principio con nosotras mismas y luego con los que nos rodean. Básicamente dejas de escuchar
todas tus necesidades, te olvidas por completo de tu persona para servir a
las de otro, pierdes el contacto con tu interior y vives en función de las
necesidades, los deseos y mandatos de un ser ajeno a tu integridad de
persona. Difícil entonces que logres tu
realización, es así como se observan diferentes tipos de conductas que son el
reflejo de alguien que lleva en sus hombros muchas frustraciones, ( o penas o
dificultades no superadas que tienen sus bases en la niñez), desde una
tristeza permanente, agotamiento físico, alteraciones de la salud en general
con visitas frecuentes al médico, poco entusiasmo para hacer hasta
actividades cotidianas, mal humor, poca empatía, irritabilidad con facilidad,
dificultad para terminar lo que se empieza, inestabilidad en el estado
anímico, inclusive en la parte laboral y emocional; hasta aquellas que muestran un grado mas
profundo de afectación como uso y abuso de alcohol, drogodependencia,
promiscuidad, inestabilidad laboral, vida desenfrenada y la gran incapacidad
de amar o estabilizarse en una relación con madurez y calidad humana; es
decir la dificultad para intimidar que trae como consecuencia muchos hogares
rotos, hijos abandonados, incremento cada vez mayor de enfermedades de
transmisión sexual como el SIDA, embarazos no deseados y por tanto
enfermedades sociales. Vemos entonces como si es
importante reconocer, sanar, perdonar y dejar que eso que atormenta el mundo
psíquico salga y nos libere para darle pase a un sentir nuevo y constructivo
que es sinónimo de tener una vida plena, luchando por esculpirnos día a día,
que es de mayor gratificación y edificación, que gastar todas nuestras
energías y recursos por alguien que quizás ni siquiera ha llegado a hacer conciencia de que tiene un
problema, menos que se entere que debe mejorar. Por otro lado, eso es todo un
proceso en el que todos tenemos ritmos diferentes y un momento propio. ¿Esperaras a que le llegue ese
momento en vez de iniciar con tu proceso? Recuerda que es mejor comenzar
por tu persona, que ya es bastante trabajo, y tu luz puede reflejarse en ese
otro, quizás al final de tu encuentro,
te enteres que ese ser humano está en otra honda y quieras dejarlo ir, sin dolor
y sin rencor y sin esperar demasiado tiempo, que este se va tan rápido que no
te das cuenta de los momentos hermosos que estas dejando ir. Simplemente es reconocer que es otro ser humano, diferente y es su responsabilidad hacerse cargo de si mismo. No perder de vista, que lo que no se pudo tener en la infancia no va a recuperarse, es pasado sea un padre/madre ausente o inaccesible emocionalmente, soledad por el abandono económico o emocional de quien lo único que esperabas era su protección, que la negligencia que tuvieron tus progenitores en el proceso de crianza no fueron tu responsabilidad y por ende es innecesario seguir intentando tal reparación en tu momento actual, es mas saludable ser el eje de tu vida y explorarte con sabiduría para reconstruir tus ruinas en bases más firmes y edificar tu propio YO. ¿Cómo? Escúchate a ti misma/o no te engañes y ve a tus padres como instrumentos que Dios utilizó aquí en la tierra, para administrar tu educación, sino cumplieron ellos entregaran sus cuentas como vos las tuyas, deja de sentirte lástima y actúa... |