BUSQUEMOS
UNA EDUCACION LIBERADORA |
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Este
esfuerzo está orientado a que la sociedad en su conjunto, el Estado y
Gobierno se sensibilicen entorno al grave problema que día a día y durante ya
muchos años viene enfrentando nuestra niñez, en un campo tan sensible como es
Muchos
niños y niñas, sino la gran mayoría, que conocemos en los distintos barrios
de nuestras ciudades, diariamente están enfrentados con su mayor problema:
convertirse en adultos funcionales a su tierna edad ante la indiferencia de
nosotros los adultos reales, y el abandono de los gobiernos de turno que se
preocupan más por cumplir las exigencias del Banco Mundial (BM) y del Fondo
Monetario Internacional (FMI), que de responder a las necesidades de estas
criaturas del pueblo (niños y niñas)- las cuales son obligadas(os), a
colaborar en los trabajos de los adultos y a estos por distintas razones les
cuesta admitir que son los niños quienes necesitan bastante comprensión,
cariño y afecto para poder crecer según su propio ritmo.
En
gran número de casos, los padres los mandan lo más temprano posible a la
escuela con la gran ilusión de que sus hijos logren el éxito, escalar lo que
ha ellos les fue negado, y se repite así el fracaso que la generación adulta
marginada vivió en su tiempo. A esto sumemos nuestro desprecio y la
indiferencia con respecto al juego, que sin embargo, es la actividad
fundamental para el aprendizaje del niño. El juego lo consideramos como una
pérdida de tiempo, sin embargo son pocos los adultos que juegan con ellos. Desesperadamente
deseamos, que niños y niñas aprendan a leer y escribir aunque sea mediante la
pedagogía del furtivo y la disimulada retorcidita de oreja o el reglarcito estimulador de la memoria infantil, distraida y juguetona. La metodología que se aplica con
este fin, lleva al aburrimiento y al rechazo de la escritura y la lectura.
Maestros y padres de familia, no tenemos el hábito de la lectura; de quienes
se espera que enseñen a leer y
escribir, apenas leen y escriben. La
metodología principal de la lecto-escritura, aún no
ha dejado de ser la plana y la copia, ejercicios que manifiestan la profunda
desconfianza de toda una sociedad con respecto a las capacidades
intelectuales de los niños, principalmente de los pobres. Dejemos ya de
pensar que solo son capaces de aprender a leer y escribir si repiten: letras,
palabras y frases como si fueran máquinas. Adentrémonos un poquito más en ese
mundo extraño de los niños y borremos esa equivocada convicción adulta de
pensar que los infantes solo aprenden si los grandes les enseñamos, admitamos
que ellos son seres intelectualmente competentes y activos, capaces de
construir constantemente sus propios conocimientos, independientemente de
nuestros conceptos de enseñanza que muchas veces son estorbos para su
proceso. Debemos
entender que el niño y la niña es ante todo, un actor inteligente y que solo
reconociéndolos como tales podemos construir un ambiente pedagógico favorable
para ellos. Brindémosle la oportunidad de disfrutar de una educación
liberadora, dejemos ya de pensar en la enseñanza fundamentada en obediencia,
el sometimiento y el temor, apostemos por una educación cimentada en la
responsabilidad, pero en la responsabilidad de todos. Prof.
Róger F. Zeledón Flores Colegio
Pedagógico “Padre César Jerez” |