NIÑOS BEISBOLISTAS AFERRADOS A SER GRANDES

 

 

El amor por el deporte, la nostalgia de un país beisbolero o por ayudar a los niños; cualquiera de estas razones mantiene vivo hoy el baseball en nuestra ciudad. Pero es la asistencia de los niños lo que da esperanzas a este deporte que se ha visto afectado por muchas circunstancias.

La Mayoría de los niños que juegan béisbol en Estelí, no pueden entrar a una academia, por la simple razón de que no existe. Pero una ciudad de cultura, de raíces como es Estelí, no puede permitir que un deporte de antaño sea remplazado fácilmente. Aún cuando el baseball infantil no recibe financiamiento formal de ninguna ONG’s o institución, hay gente solidaria que intenta mantener este deporte, que no es nada barato. Hay padres que como dijo El Zurdo –Javier Moreno-, “se pasan de buenos y dan ayudas económicas significativas para mantener los equipos”.

A pesar de todo se encuentran rondando por los estadios dos equipos de baseball infantil. Es impresionante y admirable observar como los niños se apasionan por lo que hacen en los juegos. Y esto no es simplemente porque su padre lo inscribió en el equipo, ¡NO!, muchos niños, como nos explicó “El Zurdo”, dejan el equipo porque sus madres los llegan a traer, sino pasarían todo el tiempo jugando.

Pero olvidándonos del dinero y de las distintas maniobras que tienen que hacer los managers para conseguir uniformes, pelotas y guantes; lo importante es valorar el interés de los niños, que  junto a los juegos y la diversión sana, fortalecen sus cuerpos y alimentan sus almas con el deporte rey, siempre en busca de un vida saludable.

Los sueños, -que muchos pesimistas perdieron- es lo que mantiene a los equipos. Los entrenadores y padres de familia visualizan a sus hijos como grandes jugadores, futuras estrellas de grandes ligas. Es como la historia del escultor que en una enorme piedra, donde nadie ve nada más que la dureza, él ve un hermoso caballo con la crin al viento.

¿Porqué no ser escultores de niños beisbolistas? Sostener el cincel de los entrenadores, para que los futuros prospectos a grandes ligas no regresen cabizbajos, sino que brillen con luz propia. Valoremos a nuestros niños que desean jugar y démosles el apoyo que necesitan; nos seamos egoístas. Pensemos en los grandes deportistas como: Dennis Martínez, Devern Hansack, Vicente Padilla y de muchos otros que han logrado llegar y triunfar en las grandes ligas; en uno de estos niños puede estar escondido un gran deportista.

Todos estos niños, jugadores que intentan ser mejores cada día, necesitan de nuestro apoyo; a ellos les encanta ver que la gente los vean jugar, que los estadios se llenen, que sus padres se sientan orgullosos. Y lo más importante como dicen sus entrenadores, “es que no andan en malos caminos, no serán niños huele pega y eso es bueno; nos sentimos bien con saber eso”.

Nosotros como ciudadanos nos vivimos quejando de los muchos niños que andan en las calles y que no aportan nada a la sociedad. Pues basta de quejas, en este fin de año veamos que con unas simples felicidades podemos agrandar el corazón de estos niños y motivarlos para que sigan jugando, recordemos que no solo el dinero hace grandes cosas. Todos podemos ayudar. Pero si tenemos dinero aportemos a la causa de los niños beisbolistas.

 

Revista El Esteliano

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