PROFESOR JAIRO TORUÑO UNA PERSONA EDUCADORA CON ALMA DE POETA

 

El Profesor Jairo Toruño,  hombre callado, de conversación enriquecida de conocimientos y experiencias, educado bajo las costumbres de una familia que manifiesta su amor a través de una mirada, un gesto o una sonrisa.  Estudió su primaria en la Escuela Sotero Rodríguez, fue alumno fundador del Instituto Nacional Francisco Luis Espinoza donde cursó sus tres años básicos, luego se graduó con honores por su excelencia académica de bachiller en el colegio San Francisco. Seguidamente quiso estudiar la carrera de medicina pero las circunstancias económicas no se lo permitieron. Estuvo en León haciendo el año de estudios generales y tras un viaje de sus padres a los Estados Unidos se vio obligado a regresar a su ciudad, donde decide estudiar magisterio, graduándose en la Escuela Normal como Maestro de Primaria en el año 1972. Participa en la cruzada de alfabetización. Tiempo después es promovido al INFLE como intendente y más tarde como profesor de agricultura. Por la falta de tiempo debido a su trabajo, estudia en el turno sabatino la carrera de Ciencias de la Educación con mención en Ciencias Sociales, obteniendo su título en año 1988, lo que le permitió trabajar como profesor de Ciencias Sociales en el Instituto Francisco Luis Espinoza durante más de 20 años.

 

Durante su preparación obtuvo la ayuda de muchas personas generosas a quienes les está muy agradecido como el sacerdote Otilio Gallo que le brindó su ayuda moral y espiritual, la licenciada Magdalena Rodríguez Ubeda, el doctor José Simón Delgado y otras personalidades que siempre estuvieron presentes con un buen consejo para él. A pesar de las dificultades económicas este maestro esforzado, tiene la satisfacción de haber formado a sus hijos profesionalmente y hacer de ellos personas de bien.  Enseñándoles a valerse por sí mismos. De ellos, ha recibido en compensación tres hermosos nietos, que han llenado su vida de mucha alegría y felicidad.

 

Su indiscutible labor - asegura -es haber preparado a tantos alumnos con quienes compartió momentos inolvidables. Junto a ellos realizó jornadas de campo, recolectando las cosechas con el fin de ayudar y aprender. En sus recuerdos están: la cooperativa El Dorado, Los Chilamates entre otras, de cuyos lugares conserva amistades como: Don Tránsito Altamirano, Don Carmelito Blandón, Roberto Flores, Doña Corina de Valenzuela, Chencho y su esposa, Doña Evarista, Doña Carmelita Chávez y Don Rafael Chávez con quien es compadre y la dicha de haber impulsado la construcción de la Casa Comunal de El Dorado. Se enorgullece ver sus frutos como educador al ver a sus alumnos desempeñarse como profesionales, ejemplo de ellos: Mixel Blanco, Patricia y Fany Toruño, el gordito Rodolfo Rodríguez, Lesbia Zeledón y muchos otros a quienes agradece su amistad y cariño.

 

A sus cincuenta y nueve años de edad el profesor Jairo Abrahan Toruño Moreno, luego de su jubilación como educador; para complementar su raquítica pensión, elabora riquísimos postres de diferentes sabores que endulzan y deleitan el paladar de quienes los consumen, luego recorre las calles de Estelí para venderlos casa a casa. Manifiesta emocionado, que las calles han sido su refugio porque le han permitido conocer a mucha gente y ser motivo de inspiración  para sus poemas, ya que al caer la tarde toma su pluma para escribir las más sublimes versos, inspirados en la belleza y el amor.

 

Insta a las personas a que debemos de buscar valores, inspirarnos en las cosas espirituales, tomar el libro más importante para leer como es “la Biblia”, aquí esta todo, no lo tengamos como una reliquia porque es donde se encierra lo que debemos hacer en esta vida. La palabra a través de la Biblia da fuerzas, debido a que es la inspiración más grande, nos puede conducir a metas muchas veces impredecibles. Recordar que Dios nos dice que él que actúa con misericordia será juzgado con misericordia. Y bellos son los pies de los que predican las buenas nuevas. El que conoce el bien y no lo hace, comete pecado. Lo que uno ha hecho, hecho está, pero tenemos que hacerlo teniendo un profundo amor hacia la humanidad. Nada se logra a través de la fuerza, tiene que ser mediante la persuasión, el convencimiento y el amor. Luchemos por un mundo mejor y llenémoslo de paz y justicia.

 

Al finalizar hizo referencia a los versos de Alfonso Cortés: “Y pensar que aún creamos que es más grande o más útil la paz mundial que la paz de un solo salvaje y hasta cuando aprenderemos a vivir como los astros en medio de lo que es sin fin y sin que nadie nos alimente”.

 

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