Relato de un Preso Libre

Cambió al conocer a Jesús

 

Les saludo deseándoles muchas bendiciones a todos los lectores de esta Revista.

En la vida de todo ser humano, existen grabados en la memoria, recuerdos agradables y desagradables. Hoy  me encuentro encerrado en una cárcel recordando aquellos hermosos momentos; dignos de vivir.

De los 18 a los 42 años, viví bajo la esclavitud del pecado, practicando acciones violentas, en la guerra, las drogas, el abandono familiar y otras cosas que tenía en primer lugar. Como resultado de todas ellas; el 22 de Febrero 2003 fui sentenciado a 7 años de prisión. Aún estando encarcelado continué con mi accionar; no tenía paz con nadie. Mis actitudes tenían a mi madre muy quebrantada de salud, a pesar de ello mantuvo su condición cristiana, y sembró en mí esa semilla de amor y fe que me ha cambiado, a tal punto que hoy gozo de grandes privilegios de parte del Señor Jesucristo.

Los primeros días en mi caminar cristiano, fueron difíciles, debido a que supuestos amigos de vicios me acosaban constantemente; queriendo hacerme caer nuevamente en el mundo de la drogadicción, pero gracias a Dios hasta hoy me conservo firme para su servicio. A pesar de haber sido un hombre con tantas maldades, Dios ha sido bueno conmigo; ahora me tiene como pastor de un grupo de personas en la cárcel, ya que un día decidí cambiar con la ayuda de él.

Jesucristo me ha cambiado, soy un hombre regenerado y transformado; gracias ha esto, he tenido grandes logros, he progresado en mis estudios, culminé la primaria como el mejor alumno y fui estimulado con un viaje a Managua, ahora continúo con los estudios de secundaria. También participo en actividades deportivas como: el football, baseball y otros.

Ha sido una experiencia dura, pero de mucha reflexión y determinación para tener un actitud diferente ante la vida. El estar aquí no ha sido una barrera; más bien es una oportunidad que Dios me ha dado para ser mejor.

Agradezco infinitamente a Dios, a mi madre, a diferentes pastores de afuera y dentro del penal, hermanos en la fe y familiares, quienes han sido pilares fuertes para mí, garantes y motivadores para que yo pueda ser; lo que hoy soy.

Gracias les doy a la Dirección de Revista El Esteliano por darme la oportunidad de compartir un poco de lo que Dios ha hecho en mi vida.

 

 

Mauricio Rivas Betancourth

Pastor del Pabellón # 3

Sistema Penitenciario Estelí