UNA VIDA INTENSAMENTE MOTIVADA

“Tres pasiones, simples pero extremadamente poderosas, han gobernado mi vida: el anhelo de  amor, el deseo de saber y una compasión abrumadora ante el sufrimiento de la humanidad.

 

Estas pasiones, como alas enormes, me han empujado de acá para allá en un caminar errante sobre un profundo océano de angustia hasta llegar al borde mismo de la desesperación.

 

He buscado el amor en primer lugar por que trae consigo el éxtasis...; en segundo lugar, lo he buscado por que nos libera de la soledad... Finalmente lo he buscado porque en la unión del amor he creído ver, en una miniatura mística, la visión anticipada del paraíso que santos y poetas han imaginado. Esto es lo que yo he buscado y aún cuando perezca un bien excesivo para la vida humana, esto es lo que he encontrado al fin.

 

Con igual pasión he buscado el saber. He deseado entender el corazón de los hombres. He deseado saber por qué brillan las estrellas. Y he tratado de captar la fuerza pitagórica en virtud de la cual los números se alzan soberanos sobre el devenir. He conseguido algo,  aunque no mucho, de esto.

 

Amor y conocimiento, hasta donde puede alcanzarse, empujan hacia arriba, hacia el cielo. Pero siempre la compasión me devolvió de nuevo a la tierra.

 

Ecos de gritos de dolor reverberan en mi corazón. Niños hambrientos, victimas torturadas por opresores, viejos sin esperanzas que constituyen una carga odiosa  para sus hijos y un mundo entero para su soledad, pobreza y dolor son una mofa sarcástica de lo que la vida humana debería ser. Suspiro por aliviar el mal, pero no me es posible y  sufro por ello.

 

Esto ha sido mi vida. Encuentro que ha merecido la pena de vivirla y con gusto volvería a vivirla si se me ofreciera la posibilidad de hacerlo.”

 

Para llegar a la plena autorrealización, hay que tener satisfechas las necesidades inferiores de la escala.

 

B. Russell. Tomado de

Autobiography of Bertrand

Russell. Little, Brown and co,

Atlantic Monthlypress, 1967.