SER LA MEJOR UNA FORMA DE AGRADECER A MIS PADRES

 

 

Soy  Gabriela Yahoska López Benavídez, tengo 13 años de edad, nací en la ciudad de Estelí el 21 de Noviembre de 1993 a los 4 años me enviaron al CDI donde comencé a estudiar. Luego entré a primer grado a la edad de 6 años en el colegio Fe y Alegría. Después a secundaria en el Colegio Adventista Maranatha. Mi  padre Libardo Ramón López y  mi madre Gloria Esperanza Benavídez, ambos en mi vida y estudios han sido de mucha ayuda para mí, porque gracias a ellos y mis maestros puedo llegar donde quiero.

 

Tengo a mi padre como inspiración y modelo a seguir  porque es una gran persona, que admiro y quiero mucho. Actualmente curso el segundo año de secundaria, soy la mejor alumna del colegio; he recibido reconocimientos de excelencia académica, lo que para mí es una manera de agradecerle a mis padres todo lo que me han dado con ese apoyo incondicional que los caracteriza. Siempre han estado a mi lado, dándome consejos para que me supere.

 

Me gusta mucho la clase de matemáticas, aunque a todas les dedico lo mejor de mi esfuerzo. En mi formación académica la escuela y mis docentes influyen mucho, me han enseñado tantas cosas buenas, cada día aprendo algo nuevo y de importancia. Estudio todos los días, creo que esa es la base para aprender; cuando voy a examen, dedico una hora para repasar mis lecciones y sacar buenas notas.

 

En el futuro pretendo estudiar Ingeniería en Sistemas porque me gusta, esa carrera tiene mucho que ver con la materia que me gusta. Practico deportes como el basketball y el fútbol, que son mis pasatiempos favoritos. También leo mucho, me encanta, es una forma de aumentar mis conocimientos, conocer del mundo que nos rodea y las ideas de los demás.

 

Como mensaje a la juventud es que se preocupen por sus estudios, nuestros padres se esfuerzan mucho por nosotros y es una alegría muy grande para ellos, cuando ven nuestros logros, cuando descubren que somos estudiantes aplicados; entonces se dan cuenta que el esfuerzo que hacen vale la pena, y albergan la esperanza de que sus hijos sean grandes profesionales, personas de bien; y todo por la  gracia de Dios, por el esfuerzo de nuestros padres y nuestra dedicación al estudio. Si ponemos de nuestra parte, cualquiera de nosotros puede llegar a ser buen alumno y por ende un buen profesional.

 

Gabriela Yahoska López Benavídez,

II año de Secundaria

Colegio Adventista Maranatha