SINTOMAS DE UN BOSQUE

NOTAS DE UNA ZONA PROTEGIDA

 

 

 

Con el tiempo, las imágenes que de niño lo forman, todos esos colores que uno descubre, todos los aromas que penetran  en lo más intimo del ser, esas sensaciones indescriptibles que suelen sucederse una tras otra y que llenan de vida a la persona. Y el mensaje? Ese  deseo de la naturaleza, de nuestro medio ambiente que pide a gritos un  poco más de interés por él, que no se observe de soslayo sus síntomas y la salud de nuestro bosque.

 

El bosque como un todo, forma un ser y cada uno de sus habitantes ya sea flora y fauna funcionan como los millones de células, bacterias y demás organismos que tienen su propia función y que encuentran un equilibro que debe existir para que la “VIDA” inunde nuestro mundo.

 

Hace algunos días tuve la oportunidad de visitar el MIRADOR SEGOVIANO en el cerro del Tisey, este lugar se ha vuelto un destino turístico del departamento de Estelí, un lugar que ofrece la mejor vista panorámica al valle de Michigüiste y todo el occidente de nuestra tierra de lagos y volcanes.

 

Aunque este centro turístico que ofrece una experiencia muy singular, no podría decir que “única” porque este calificativo se lo daría a toda la reserva ecológica del Tisey –la Estanzuela-, que debe de ser uno de los mayores orgullos de nuestro departamento y país, ya que en ella se alberga una gran diversidad de flora y fauna únicos en el mundo.

 

Este paraíso ofrece una extensa variedad de sensaciones que se van descubriendo de finca en finca, de llano en llano y que solo unos pocos han tenido la oportunidad  de conocer toda la reserva.

 

También visite la finca “las Cuevitas” de Doña Valentina Reyes, una finca que esta situada en las faldas occidentes del cerro el Tisey la que ofrece la misma vista panorámica hacia todo el occidente de Nicaragua, esta presenta la ventaja de no tener vientos que golpean al Tisey provenientes de Noroeste del país.

 

En esta finca pude disfrutar de uno de los mejores atardeceres que un país puede ofrecer al mundo, con la silueta de nuestros volcanes desvaneciéndose entre nubes que pinta el cielo de interminables mezclas de matices rojizos y que se van  desvaneciendo poco a poco con el ocaso del sol; esperando poder repetir cada día este fenómeno natural que dura tan solo unos pocos minutos y que no todos tienen el privilegio de gozar de él.

 

Hay tanto de que sentirmos orgullosos en nuestro departamento y yo lector te digo a ti una sola palabra............ “Descubre”.

 

Enrique Ráudez

Estudiantes de Arquitectura

Universidad Nacional Autónoma de México UNAM

Campus Acatlán