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¿SERA CORRECTO DECIR NO A LOS BIOCOMBUSTIBLES? |
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Actualmente existe un gran debate
por la creciente producción de biocombustibles que impulsa Estados Unidos y
Brasil, y el efecto que trae esta política de sustitución parcial de
derivados del petróleo por biocarburantes (bioetanol y biodiesel), que están
provocando aumento del precio de algunos alimentos. Según Peter
Brabeck, presidente de Nestlé,
el precio del maíz se ha incrementado alrededor de un 60% y el del trigo un
50%, durante los doce últimos meses (en el mercado de Estelí el quintal de
maíz cuesta 350 córdobas o sea unos US$ 19.00). Los
precios del azúcar, de la leche y del cacao también han aumentado (Geoff Dyer Financial
Times Por lo antes mencionado, los
detractores de estas políticas energéticas, aseguran que no es ético
responder a las necesidades de los automóviles y a la sed de dinero,
despreciando los problemas y las necesidades de las personas más vulnerables
(El nuevo Diario No obstante, los defensores de la
producción de biocombustible, en el marco de
políticas tendientes a la reducción de la dependencia del petróleo, subrayan
que dichos sustitutos (biodiesel, etanol)
contribuirán a la reducción de CO2 que afecta el calentamiento
global. Según el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Mike Johanns, en el 2004, el
uso de etanol redujo en 7 millones de toneladas las emisiones de CO2,
en El presidente de Brasil –Lula Da
Silva- cuyo país logró reducir en un 40% la dependencia del petróleo, aseguró
que el uso de combustibles alternativos al petróleo, puede ser decisivo para
que los países subdesarrollados superen su dependencia, respecto a las
naciones ricas del globo (www.clarin.com/diario/ Según José Cordeu
(FAO), está por verse su efecto en las zonas rurales, donde pudiera
significar una mejora para los pequeños productores, pero Luís Alberto
Moreno, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) calificó a los biocombustibles
como una “oportunidad transformadora” para América Latina y el Caribe. Lo cierto es que, esta falta de
consenso relacionado al uso de biocombustibles, deja la duda en los agentes
económicos y políticos, quienes lógicamente inician nuevos debates sobre este
nuevo enfoque de los recursos energéticos. Pero, analizando objetivamente el
tema, resulta que existen convergencias en ambas posiciones, y quizá la
primera aseveración inobjetable es que los combustibles fósiles más temprano
que tarde se agotarán y la humanidad deberá buscar fuentes alternativas. No
es casual que se diga, que la generación de energía mediante el
aprovechamiento de productos naturales o de residuos (biomasa) es una de las
industrias del futuro. En esto no hay posiciones
irreconciliables, por ejemplo; se pueden preferir aquellas fuentes (biomasa)
para producir biocombustible, que generan menos
presión sobre los productos alimenticios, tales como subproductos la
industria oleaginosa o animal (cebo) o aceites de frituras usadas. Imaginemos
que todo el mucílago (agua mieles) de la industria cafetalera nicaragüense se
transforme en etanol. Sería fantástico. Cuanto empleo generaría. Además se pueden buscar otras
alternativas energéticas como el biogás para reducir la presión de los biocombustibles líquidos (etanol, biodiesel) que igualmente pueden usarse en motores de
combustión interna. Por esto, los gobiernos deben
impulsar políticas activas que apuntes tanto a garantizar la seguridad
alimentaría, como el acceso de los pequeños productores rurales a los
beneficios de mercados con precios más atractivos. Más que debatir sin hacer nada, o
negar la realidad del mercado mundial de energéticos, debemos ser actores
activos, buscar tecnología para la producción de biocombustibles a partir de
materias primas que nos proporcionen ventajas competitivas y no rivalicen con
productos alimenticios, especialmente el Maíz. Por otra parte, aprovechemos
los buenos precios del maíz, para trazar políticas de desarrollo rural, que
teniendo como base la bonanza de
precios actuales, puedan actuar buscando una mayor tecnificación de la
producción en el campo, llevando consigo la electrificación y
telecomunicaciones a todas las zonas rurales de la nación. Recordemos, que la tendencia al uso
de biocombustibles es inexorable, pues Según Julian
Jessop, economista internacional, jefe de Capital Economics en Londres,
los productores de biocombustibles desarrollarán tecnologías que
requieran una menor cantidad de materias primas, o que empleasen las partes
no comestibles de los alimentos, lo cierto es que la demanda está dada y el
mercado lo suplirá gradualmente, aumentando la eficiencia cada día. Nosotros no podemos quedar
rezagados. No tenemos petróleo, pero sí nos proponemos, podremos producir
biocombustibles, recordemos que el desarrollo del país irá acompañado de mayores demandas de energía. Ing. Juan Leonardo Chow SEJICSA, Tel
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