JUANA DE TOÑO LA PULPERIA MÁS ANTIGUA DE ESTELI

En memoria a Doña Juana Gutiérrez García (1915-1990)

 

 

 

 

El diecinueve de abril de 1942, Doña Juana de Toño, con una mesita de ocote en la que puso encima un vaso de vidrio con pedazos de dulce y un cumbo con café molido y abajo unas rajas de ocote, abrió un pequeño negocio que con el paso del tiempo se convirtió en una de las mejores pulperías y un punto de referencia muy importante en el viejo Estelí y aún en la actualidad. Para ese tiempo Estelí era un pueblito de unos ocho mil habitantes y que aún no tenía el servicio de agua potable, ya que este servicio solo fue posible hasta 1957, cuando en el período edilicio de Don Salomón Gómez Palma se fundó la Empresa Aguadora Municipal de Estelí (1957-1963).

 

La Fundadora de este negocio, Doña Juana Gutiérrez García nació en la comunidad de La Estanzuela (Estelí) y al contraer nupcias con Don Antonio Barreda G. pasó a vivir en lo que fue su casa de habitación de toda su vida, ubicada de la esquina sur oeste del colegio Guillermo Cano una cuadra al oeste, muy conocida como la Pulpería “Juana de Toño”. A pesar de que fue madre de una prolífica familia, ya que dio a luz a veintitrés hijos de los que sobreviven ocho: Nubia, Libia, Luis Enrique, Vilma, Ernesto, Glenda, Juanita y Edith, todos de apellido Barreda Gutiérrez, fue una incansable trabajadora y emprendedora. Antes de iniciar con su popular negocio hacía puros de tabaco chilcagre, los cuales vendía personalmente y posteriormente a lo largo de cuarenta y ocho años desarrolló la pulpería más antigua de Estelí. Todos los productos de consumo popular los expendía a los estelianos y era, además, una especie de farmacia popular donde se vendían medicinas naturales como: la trementina que se utilizaba para sacar niguas y sanar heridas corto punzantes. Toda clase de aceites: de petróleo, aguacate, boa, danto, cusuco, zorrillo, mono y hasta de perro que los pobladores utilizaban por tradición de nuestros antepasados aborígenes para tratar diferentes dolencias y enfermedades. También, Doña Juana de Toño que así fue más conocida en Estelí por ser la esposa de Don Antonio Barreda conocido como Don Toño, vendía cáscara de quina, que cocida era utilizada para tratar el paludismo; vendía mixtela que era una bebida fortificante y medicinal que todas las mujeres recién alumbradas de aquellos tiempos y aún hoy en día especialmente en las zonas rurales toman posterior al parto durante ocho días. Esta bebida era basada en miel de abeja, guaro lija, alhucema, romero, cilantro, eneldo, comino y nuez moscada. Aun desde diferentes puntos de la ciudad y fuera del departamento hay todavía clientes que la buscan. No faltaba en la pulpería de Doña Juana de Toño el carburo que en aquellos tiempos se utilizaba en las lámparas para alumbrar y para madurar las frutas y el bisulfuro de carbono para curar granos. Ya en la década del sesenta su popular pulpería era punto de transacciones comerciales con campesinos que bajaban de las comunidades aledañas en caballos, mulas y carretas. En sus mejores tiempos llegó a tener almacenados hasta doscientos quintales de granos básicos. Allí se daba una forma secular de comercio que era el trueque. Algunas comerciantes de León y Masaya le entregaban caña fístula y ella a cambio daba linaza, chilla o quina. No faltaban los populares trastos de barro y que aun se expenden en esa pulpería; hoyas, comales y jarros que pobladores de Potrero Grande y San Nicolás confeccionaban.

La base del éxito de esta familia fue el trabajo constante, tenaz e incansable, pues abrían su negocio a las seis de la mañana y lo cerraban a las diez de la noche, excepto los jueves y viernes santos de cada año.

 

Estelí en la década del sesenta con cerca de catorce mil habitantes y los barrios de: La Parroquia, El Calvario, La Chingastosa, San Antonio, La Sapera y Los Ángeles tuvo y aun tiene este punto de referencia, talvez el más popular de Estelí y la trayectoria comercial de Doña Juana y su marido Don Antonio Barreda que muestra que es posible alcanzar el éxito económico si se trabaja duro, con calidad y excelente atención a la clientela.

 

Ahora ya no podemos consumir las deliciosas rosquillas, empanadas y pan dulces que llevaban entre sus ingredientes además del maíz, suficiente cuajada y mantequilla. Las afamadas rosquillas somoteñas no superan como delicia al paladar a las que expendía Doña Juana. Y los deliciosos dulces que consumimos de niño como: el pan de rosa, los huevos chimbos y leche burra,  desaparecieron del mercado, a la espera que emprendedores locales revitalicen estos viejos dulces y alimentos populares.

 

Hoy la Pulpería Juana de Toño es muy popular y reconocida por toda la ciudadanía, por lo que también es un punto de referencia, ya que esta pulpería sigue siendo una de las más fuertes de Estelí, sobre todo por su trayectoria económica y comercial.

 

 

Prof. Jaime Herrera Chavarría.

Investigador y escritor.

Telf. 713-1478.