NOEL ORTUÑO  Y NUBIA MORENO:

HAN DEJADO UN LEGADO, UNA SEMILLA Y UNA HUELLA

INDELEBLE A LA SOCIE DAD

Lic. Nibardo Rodríguez R.

Cel # 836 2277

correo: nibardo06@hotmail.vom

Ayer y hoy, el cielo se ha tornado gris, el tiempo ha pasado lentamente, las tardes, sombrías se han vuelto, el pueblo está atónito, incrédulo y perplejo ante una tragedia que enluta a una familia, a dos familias, a más de dos familias,  al magisterio municipal de La Trinidad y San Nicolás, al estudiantado de todos los niveles, a la comunidad educativa y religiosa, al sector financiero y micro financiero, al sector productivo y ganadero,  a la cultura local y regional, a los valores e idiosincrasia de nuestra amada trinidad; la desdicha y la tragedia se han apoderado de dos  frágiles e indefensas almas que no pudieron evitar aún con las fuerzas físicas, espirituales, emocionales y laborales que hasta ese momento poseían, no lograron salir airosos y vencedores de lo que un día nuestro insigne Rubén Darío llamó LO FATAL, aquellos que siempre soñaron y quisieron ver materializado un mejor porvenir para su pueblo, una mejor educación, una cultura basada en nuestros valores, en nuestra identidad sociocultural, aquellos que cifraron sus esperanzas en satisfacer a una escala relativa las demandas sociales, justas y auténticas de nuestra sociedad triniteña,  aquellos que se juntaron para ser el binomio constituido y fundamentado con el amor y por el amor de Dios, el amor puro, benigno y sin reservas entre ellos; aquellos que se amaron de verdad y complementaron bajo la sagrada figura del matrimonio religioso y civil para tener dos hijos; a Nohelia y Noelito,  como los sucesores de sus ideas, de sus cualidades, de sus costumbres, de sus obras, de su patrimonio y de su entrega a los demás y por los demás, los que nunca pensaron en servirse de sus semejantes sino que de corazón sirvieron a una gran familia, a la familia triniteña; a NOEL Y A NUBIA; desde donde estén, desde el lugar en donde el Señor los reciba, siempre, siempre estaremos en deuda con ustedes, la resignación de lo alto y aquí del ser que los amó, del que les apreció, de los compañeros  y amigos que en diferentes circunstancias les rodearon, los que en la adversidad y en la bonanza estuvieron de su lado; esa resignación será la inevitable fuerza subyacente que permanecerá en el pensamiento y en los corazones de los que un día creímos que NUBIA Y NOEL estaban dotados de la escasa vocación altruista, filantrópica y visionaria que ellos muy bien comprendían lo necesaria y útil para vivir en una sociedad sedienta de amor al prójimo y de darse por la causa de los demás.”

A NOEL:

En el tiempo que conocí al Licenciado. Noel Ortuño Cruz, siendo este su servidor, Director de Centro y Delegado de Educación, Cultura y Deporte durante más de 15 años, me di cuenta de la persistencia, perseverancia, tenacidad, perfeccionismo y coherencia entre lo que pensaba y lo que hacía, la praxis, su praxis, basada en el corto, mediano y largo plazo, todo para su pueblo, los minutos, las horas y los días se la pasaba imaginando, pensando y haciendo algo de valor, algo que patentizara su compromiso con el desarrollo de este pueblo, con la cultura y alimentación del acervo cultural nuestro; incluyo su inclinación al deporte con énfasis en el béisbol, su mística por el embellecimiento estético y literario de su pueblo; se introdujo con minuciosidad a darle valor agregado a los sencillos exponentes de nuestra cultura, a buscarle patrocinios escolares a niños y niñas de las escuelas periféricas urbanas y rurales a través de hermanamientos europeos; le vi la insistencia de tener en nuestro pueblo un museo de historia y arqueología del que tanto me habló, más que nadie le interesó basar sus conocimientos y capacidades profesionales para servir y enseñar, al Ministerio de Educación le aportó grandes ideas, asesoró en los eventos coprogra-máticos y extracurriculares así como en las veladas culturales, artísticas y el reconocimiento especial que le hiciera a Don Pío Hernández Osorio, un forjador musical de nuestra cultura, a mi abuelo Teodoro Rodríguez, autor y exponente de nuestro himno a La Trinidad, en fin, NOEL, se dio a los demás, a sus amigos, a su familia, podría afirmar con exactitud matemática que el ocio, las cosas banales y la desocupación llana, no formaban parte de la estructura de su personalidad. NOEL, era un hombre hecho de madera fina, de los que desafortunadamente no nacen a diario. Sus juicios eran siempre fundamentados y correctos, sin lugar a herir susceptibilidades en los demás. Resumo estas líneas para decirles que estamos en deuda con el legado y las acciones de NOEL. Que el Señor lo tenga en su reino.

A NUBIA:

La Profesora Nubia Moreno Montenegro, una maestra muy singular, excepcional en el trato a los demás, intachable en su accionar pedagógico y metodológico, una maestra que creció con valores morales, éticos, religiosos y fundamentado en los más altos valores civiles de una familia honrada y ejemplar; esa maestra que laboró durante más de veinte años al servicio de la comunidad, al servicio de los niños, al servicio de la educación y la cultura. En la actividad que nos ocupa como educadores y profesionales de las ciencias de la educación y humanidades, puedo reiterarles con conocimiento de causa y hablarles con propiedad; que la maestra que hoy se nos va, que hoy deja un espacio grande, una huella indeleble en el proceder educativo y didáctico, que la maestra que tanto tiempo nos acompañó en el Centro Escolar “Divino Niño” era una maestra, una amiga, una compañera, una hermana y para los alumnos una auténtica segunda madre.

Recuerdo paradójicamente con mucha tristeza y alegría la jovialidad, afabilidad y entrega de la profesora Nubia Moreno hacia los demás. En los seis años que fuimos compañeros de trabajo me di cuenta del capital humano, la calidez y calidad de persona que fue Nubia. Nunca la escuché proferir palabras hirientes y malintencionadas hacia los demás, siempre buscó la concordia y la unidad en el gremio magisterial; aportó sus mejores años, su juventud y vida matrimonial a la búsqueda de la calidad de la educación en nuestro municipio y en el municipio de San Nicolás. Muchos de los que ingresamos a la carrera docente en los años ochenta, conocimos a esa jovencita técnica metodóloga de educación primaria del ministerio de educación La Trinidad y San Nicolás, impartiéndonos capacitaciones en metodología, ajustes curriculares, uso de técnicas grupales, uso y manejo del complejo didáctico, derivación de objetivos, etcétera, etcétera. La recordamos junto a las dos inseparables amigas y técnicas como lo fueron; la Profesora Yadira Tórrez y la Profesora Melania Suazo, quienes se daban por entero a la causa de la educación junto al Profesor Manuelito Hernández, al Licenciado Javier Fajardo y al Profesor Aristides Meléndez. Quién no reconoce en esta ciudad y en todo el municipio de La Trinidad y San Nicolás, la mística de Nubia, el deseo de todos los padres de familia y de los niños, de garantizar un cupo en el salón de clases del grado asignado en determinado período escolar, quién no sabe que la profesora Nubia Moreno, irradió en muchos maestros, su ejemplo moral y pedagógico, sus costumbres y hasta su estilo de dirigirse a los demás. Yo creo que hablar de la Profesora Nubia, es hablar de un ejemplo a seguir; en lo que a mí se refiere ya fuera del sistema educativo logré conocer gran parte de las actividades culturales y educativas de Nubia, junto a su inseparable colega, amiga y compañera de trabajo, la profesora Damaris Avilés Hudiel, quienes desde su posición social y educativa se entregaron con entereza a demostrar que un pueblo no solo puede vivir de su riqueza material y económica sino que de su riqueza  y acervo cultural.

Ojalá,  el Señor que está en los cielos pueda darle a la familia, a las amistades y en especial a sus dos hijos, las fuerzas y la resignación para hacerle frente a tan irreparable pérdida que a los triniteños nos ha conmocionado de manera insospechada. HASTA SIEMPRE NUBIA Y NOEL, NO TE OLVIDAREMOS NUNCA.