DECÁLOGO DEL

MAESTRO

 

 

AMA. Si no puedes amar mucho, no enseñes a niños.

SIMPLIFICA. Saber es simplificar sin quitar esencia.

INSISTE. Repite como la naturaleza repite las especies hasta alcanzar la perfección.

ENSEÑA con intención de hermosura, porque la hermosura es madre.

MAESTRO, sé fervoroso. Para encender lámparas basta llevar fuego en el corazón.

VIVIFICA tu clase. Cada lección ha de ser viva como un ser.

ACUERDATE de que tu oficio no es mercancía sino oficio divino.

ACUERDATE. Para dar hay que tener mucho.

ANTES de dictar tu lección cotidiana mira a tu corazón y ve si está puro.

PIENSA en que Dios se ha puesto a crear el mundo de mañana.

Gabriela Mistral

UCATSE – 2006

DECALOGO DEL NIÑO

 

 

Déjame hacer las cosas por mí mismo; si pretendes hacerlo todo por mí, impedirás que yo aprenda y nunca podré hacerlo solo.

 
No cuentes mentiras frente a mí, ni me pidas que yo las cuente para avalar tu conducta; no me dejes perder la imagen que de ti tengo y la mía también.

Cuando te hayas equivocado, admítelo, no por ello cambiará mi opinión de ti; esto hará más fácil para mi aceptarlo cuando yo también me haya equivocado.

Trátame como tratas a tus amigos, de esa manera serás mi amigo y yo seré tu amigo también.
Nunca me grites, ello me obliga a gritar también. Yo no quiero ser un gritón.