SEMBLANZA DE LA NOBLEZA MAGISTERIAL |
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Día del maestro nicaragüense. El 29 de junio, la sociedad en su
conjunto, celebramos a nuestros maestros, justo reconocimiento de su
brillante labor. Una semblanza del maestro nicaragüense,
quedaría limitada, pero nos
atreveremos a cometer ese pecado en honor al que honor merece. El maestro en su tarea cotidiana nos
atrae por su palabra, su actitud ante los alumnos y ante el hecho de
enseñarnos nos magnetiza más
poderosamente. Es valorado por los buenos alumnos. Por ello, se resiste a
dejar las aulas cuando es tiempo de su retiro, por que enseñar es parte de su
vida misma. No entiende la vida sin sus conflictivos discípulos. El maestro
es pilar erguido de su profesión, por
su dedicación, su entrega y su actitud generosa y abierta a las novedades
pedagógicas. Su vida es su trabajo. Este es una poderosa droga que le
mantiene vivo y alerta. Sabe pautar el trabajo de sus alumnos. Cree que la labor magisterial
se sustenta sobre una meditada planificación; sostiene que una serie de
actividades sencillas secuenciadas y progresivas supone la base del
aprendizaje. Él desarrolla un método operativo y práctico de enseñanza. Con
él no hay fracaso, nadie o prácticamente nadie se queda vacío de conocimiento. Con él todos trabajan a
gusto: ilustran las imágenes de sus dossieres y
responden a sus preguntas hábil y sabiamente estructuradas. Todos
aprenden porque sabe ponerles el
caramelo de un aprendizaje ameno y sencillo. Sin darse cuenta aprenden más de
lo que estaba establecido en los
objetivos a lograr. Lo veo andar ágilmente por los pasillos. Tiene una personalidad
enérgica y poderosa dedicada en cuerpo y alma a sus alumnos, son la sal de su vida. A pesar que se enferma y con todas
sus dolencias, él sigue entregándose a la enseñanza con la misma fuerza y
entusiasmo de siempre. Entiendo su aceleración,
su vigor, su energía… Le vienen de la convicción de que se puede hacer algo
seriamente por los alumnos. Se dedica a la enseñanza de un modo integrador y
no segregador. El fracaso no forma parte de su sistema de educar. Aprender exige un
esfuerzo y él conoce el sistema de que todos sus alumnos, incluso los más
desmotivados, trabajen y cumplan con ese esfuerzo necesario. Sus resultados
son casi milagrosos. Los alumnos acuden entusiasmados a sus clases
impartidas, entre diversos métodos de enseñanza y completan con dedicación absoluta los
apuntes que él les va proporcionando.
Es un misterio ver como lo consigue, pero lo hace con un enorme derroche
personal de energía que no sé como logra mantener. Son muchas horas de reflexión para concluir. Yo querría ser como él,
le admiro. En cierta manera envidio la geometría de su sistema integrador,
progresivo y experimental. Su
convicción absoluta y prioritaria que lo que está haciendo es fundamental. Como ejemplo de honradez profesional, de
entrega sin límites, de sabiduría en el ejercicio de su labor de maestro,
siempre promoviendo e integrando a sus alumnos, siempre dándoles un ejemplo
positivo y humano. Siempre haciéndoles ver que son mejores de lo que ellos se
creen que son, siempre orientándoles hacia caminos rectos y comprometidos,
siempre extrayendo lo mejor de ellos mismos. Siempre con ellos hasta el
final. Un hermoso ejemplo de lo que es amar hasta la frontera de las fuerzas
personales. Más que un profesor, llega un momento que es amigo, si tenemos que
hablar, sabemos que nos va a escuchar. Para ti maestro, hoy y siempre reconocemos tu labor. Felicidades Maestros! |