COMO PARTICIPAMOS LAS MUJERES EN EL PROCESO DE CAMBIO

En artículos anteriores se ha hablado un poco  de las relaciones, enfocando la relación de parejas someramente, se ha hecho énfasis en cómo obtener una relación lograda, ahora me gustaría abordar las consecuencias.

Desde el momento en que un hombre y una mujer establecen una unión, sea de hecho estable o casados asumen un compromiso moral, espiritual y social. Sobre todo cuando deciden procrear. No es excusa decir “Es que yo no creo en el matrimonio, por eso no me caso”; Si se involucra con alguien y de esa relación surge un infante, este pensar no los exonera de responsabilidades. De hecho es libre de hacer con su cuerpo “lo que desee”, pero no sobre un nuevo ser, es decir que si, su interés es meramente carnal, debería limitar las consecuencias a la propia persona, sin que trascienda a terceras personas como un embarazo.

No es lo mismo que su cuerpo sea utilizado para un deleite pasajero de unos cuantos minutos, que, de ese idilio, surja una victima, como un hijo no deseado, un aborto, un infante maltratado desde todos los ángulos posibles, echando todos los actos errados sobre la nueva criatura; ¿Pero en que momento fue convidado?. Alguien podría pensar y hasta manifestarlo: ¡Pero a quien le importa lo que yo haga, me importa un bledo el que dirán!.

Si lo vemos desde un plano muy íntimo es posible que tenga razón;  sin embargo, somos seres sociales, no vivimos aislados o en torno a sí nada más. Se tiene una familia primaria, vecinos, vivimos en una comunidad y lo que inicialmente afecta sólo al núcleo familiar luego se sale de control y nos afecta a todos. De allí, de esa problemática que un día se dio a lo privado, han surgido una serie de recursos o instituciones, para tratar de dar solución, como la comisaría de la mujer, las distintas organizaciones que trabajan en función de la niñez y los/as adolescentes, por mencionar algo. Y cuántas más hacen falta, por ejemplo, una organización encargada de atender y prevenir tantos intentos suicidas con el fin de disminuir la alta taza de muertes consumadas.

Todo esto sale precisamente del esfuerzo de toda la comunidad, de los impuestos  de cada miembro, actividades que con una colaboración madura, responsable y humana, podrían ser destinados estos recursos hacia otras áreas que mejoren la calidad de vida de todas/os.

Un caso típico y muy representativo es la cantidad, exagerada de pacientes en las consultas de lo centros de salud y hasta en los hospitales que al final no reciben una atención de calidad, no sólo por falta de recursos materiales y hasta humanos, si no  por que, no es lo que realmente ameritan o buscan. Más que una receta, necesitan ser escuchados y ser atendidos como enfermos y no como mendigos a quienes se les está haciendo un favor. Muchos de estos pacientes lo que ameritan es una consulta Psicológica, lo que disminuiría los casos recurrentes en las diferentes áreas de atención y a su vez se reforzarían otras áreas de atención integral.

Toda la problemática surge de un núcleo familiar, que no está circunscrito nada más a este entorno; pues la mujer maltratada, madre soltera, el infante sin las condiciones básicas o ese hijo abandonado luego se convierte en una situación de riesgo o problema social, son los que buscan las consultas con tanta frecuencia y en el peor de los casos son los jóvenes o adultos con tantos problemas de conducta que pueden llegar a ser penalizados.

Ve entonces, como lo que hace sí afecta su entorno social y lo que usted decida sí incide positiva o negativamente a todos/as. La vida organizada en el seno íntimo sí favorece una mejor organización social y por ende el nivel de vida de la comunidad. En el plano íntimo o familiar, el modus vivendus determina la seguridad del núcleo. Desde el momento en que la relación está contaminada con hábitos no saludables o destructivos, ponen en riesgo a sus propios progenitores como el uso de drogas permitidas o no, la violencia intrafamiliar, vida sexual promiscua, el desempleo como una opción de vida no obligada por las circunstancias etc. ¡Claro que lo que usted es y hace sigue a sus infantes por toda la vida.!  Es importante entonces que si en el plan, no entra un embarazo tomemos las medidas necesarias para prevenirlo, aún cuando se tengan los recursos para su manutención, pues también será indispensable el calor humano.   

   Por otro lado es verdad, somos dueñas/os de nuestro cuerpo, pero es bueno recordar que éste es el templo de Dios, en el habita desde ahí es sagrado, depende de tu decisión si lo queres como instrumento usado para el bienestar o para el mal, usado para un gozo pleno sin poner en peligro tu vida. Su uso manifiesta cuanto te amas y que tan satisfecho estas con él, me refiero al cuerpo como un todo, con su cerebro pensante y amándose así misma/o, con dominio y control propio.

En este sentido nosotras las mujeres ejercemos un papel primordial, pues somos las principales gestores en los procesos de cambio, ya no nos creamos el cuentecito “que un hijo cambiará las mañas del marido”, que el embarazo se de por conciencia plena si es lo que se desea y se puede asumir. FELIZ DIA DE LA MUJER.  

 

Dra. Déborah Flores Acuña.

Psicóloga Clínica.

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