“Al más Grande”

-Autor: Nelson de Jesús-

”Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas”  Proverbios 3:6

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Nelson de Jesús

Admiración, es una expresión que tiene sinónimos como:

asombro, éxtasis, etc. Proviene del latín “admiratio, -ônis” y que significa según el diccionario DRAE: Acción de admirar. Cosa admirable, entre otros significados.

Las modas son una tendencia avasalladora para millones de personas en todo el mundo, los caudillos políticos reúnen masas en pro de sus ideales, los deportes y sus “estrellas” hipnotizan a cientos de miles y la música es un fenómeno mundial que arrastra a través de las emociones.

Las modas cuestan mucho dinero si es que quieres estar al día y a la altura, los políticos solamente causan desilusiones y entre las promesas y la realidad la grieta es abismal, los deportes son saludables cuando se practican, pero si bien es cierto que existen atletas agradecidos con Dios, también los hay aquellos que lejos de ser un ejemplo, son un punto de referencia de lo que exactamente no se debe hacer, lo mismo sucede con la música; sin embargo, miles de mentes débiles son seducidas por sus comportamientos y por sus mensajes.

Muchos se definen como ateos cuando lo único que hacen es sustituir a Dios con otros cientos de dioses que les dictan sus reglas de forma casi subliminal. Los anuncios comerciales pueden persuadirle a usted de comprar cosas que incluso ni siquiera necesita, ejemplo: cigarrillos, ron, etc.

Sin embargo, la tendencia más devastadora de todas, es aquella en donde el ser humano no da la importancia necesaria a los detalles cotidianos, esas cosas que simplemente realizamos y a las cuales no les damos la más mínima atención, pero que se convierten en una puerta de perdición. Por ejemplo: los cigarrillos traen un anuncio en letras pequeñas que dicen: “Fumar puede ser dañino para la salud”, pero para el fumador esta advertencia suele ser tan solo un detalle en la cajetilla, como si se tratara de un simple manual de instrucciones para el uso de un producto. Esto es, porque entendemos lo que nos interesa entender y no la realidad.

Podríamos ilustrar lo anterior con el siguiente relato:   Al entrar a una pequeña tienda, el extraño notó un anuncio en la puerta de vidrio que decía «PELIGRO, CUIDADO CON EL PERRO». Adentro, observó un indefenso perro viejo dormido en el piso cerca de la caja registradora. Y le preguntó al dueño de la tienda:  -¿Es este el perro con que la gente se supone deben tener cuidado?- -»Sí,» contestó el propietario, «Ese es.»- El hombre no pudo quedarse sin sonreír. -»Este ciertamente no se ve como un perro muy peligroso desde mi punto de vista,» (se rió). -¿Por qué decidió usted poner ese anuncio?-

-»Porque», (contestó el dueño), «antes de que pusiera el anuncio, la gente seguido se tropezaba con él.»-

Muchas veces no vemos los detalles en la vida que por parecer insignificantes simplemente los ignoramos, pero su poder para hacernos tropezar ¡es inmenso...!.

Es por eso que los mensajes que diariamente vemos en nuestra sociedad no deben de ninguna manera incidir en nuestra felicidad, si vamos a admirar  a alguien entonces recordemos que siempre hay alguien mas grande que cualquiera que hayamos conocido, alguien que no cambia como las modas, alguien que no engaña, alguien que no destruye. Admiremos entonces al más grande,  tal y como lo hizo de forma muy peculiar el señor Tomas Alba Edison, el genio de la invención. A continuación ilustramos este hecho:

Un tiempo después de inaugurada la torre Eiffel, (construida por el famoso ingeniero Alejandro Gustavo Eiffel, de 1887 a 1889) llegó a París Tomas Alba Edison, el más célebre de los inventores norteamericanos, (quien había logrado 1,300 patentes para ese momento).  Subió a la famosa torre, y se le invitó a escribir unas palabras en el libro de oro de los visitantes.

Edison escribió: -»Al señor Eiffel, el valiente constructor de esta obra tan gigantesca y original de la moderna ingeniería, de un hombre que siente la más grande admiración por todos los ingenieros, incluido el más grande ellos… Dios».  Tomás Alba Edison.

”Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas”. Proverbios 3:6

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