EL APRENDIZAJE LENTO Y DISLEXIA EN LOS NIÑOS

 

Si recapitulamos un poco y damos seguimiento a los temas antes tratados, nos podemos dar cuenta que el fracaso en la escuela, como el aprendizaje lento y la dislexia, son temas que están relacionados entre sí, aunque diferentes. En este artículo, hablaré un poco de lo que es el aprendizaje lento en los niños de primaria, cómo detectarlo y cómo tratarlo.

Los niños de aprendizaje lento, por lo general van a la escuela común, no son niños con deficiencia mental, pero sí con ciertas particularidades, que les hacen estar algo por debajo de lo común en cuanto al adelanto escolar y a la habilidad mental; su retraso no es mental, son niños que en la mayoría de los casos sufren o han sufrido tensiones superiores a las habituales de su edad, por circunstancias familiares o escolares.

Las características de los niños con aprendizaje lento pueden ser: - Necesidad de repetir las cosas muchas veces para que se le “queden”, su forma de razonar es sencilla, prefiere lo práctico y lo concreto, su rendimiento es mayor en tareas cortas, y en ejercicios teóricos.

El niño con aprendizaje lento, requerirá en la escuela de una atención especial. El puede aprender y mejorar, hasta casi igualarse con sus compañeros, pero más lentamente; y si se le da la oportunidad necesaria. El hacerle repetir grados puede llevarle a desinteresarse por los estudios.

Las notas deben calificar su esfuerzo y progreso, pues él necesita más tiempo que sus compañeros, sus calificaciones les servirán de refuerzo, en cambio las malas notas les harán abandonar sus estudios. La actuación del maestro deberá ser la siguiente: proporcionarle metas que sean a su nivel y desarrollo, que él pueda superar, le reforzará cualquier progreso en el aprendizaje por mínimo que sea, le afianzará también su interés por el estudio, las exigencias, las presiones, la impaciencia, producen en el niño tensiones emocionales, que dificultan su aprendizaje aún más, es conveniente que sean evitadas. Cuando a estos niños no se les presta la atención que necesitan, aparece una grave inadaptación, que hace inútil la enseñanza y la escuela.

La Dislexia: Este es un trastorno del lenguaje escrito, el niño no relaciona los sonidos con su expresión escrita. Así cuando escribe el dictado, cambia de lugar las letras, las escribe al revés o confunde letras que son parecidas, ejemplo (p, b), etc. La lectura le cuesta, generalmente tarda en aprender y lo hace mal, el niño disléxico tiene una inteligencia normal o incluso superior a la media, por lo tanto no es un problema de insuficiencia mental.

La dislexia tiene distintos niveles de gravedad y las causas pueden ser: Que el niño aún no haya madurado motrizmente y no coordine bien sus movimientos, que tenga dificultades con el ritmo y el equilibro; que haya dificultades en la orientación espacial y temporal (no saben distinguir claramente que es delante y detrás, arriba y abajo). Este trastorno, de la lectura y escritura se manifiesta claramente en las siguientes características: confusiones visuales entre las letras de formas idénticas, pero con orientación distinta, ejemplo p – b, d - q; confusiones visuales entre letras  o combinaciones de letras parecidas Ej., m – n, chcl, drbr; omisiones de consonantes o silabas: le por el, la por al; inversiones de letras en palabras: patol por plato.

El niño disléxico, es un niño vivaz e inteligente que obtiene resultados inferiores en el dominio de la lecto – escritura, en relación con las otras asignaturas escolares, pero que se diferencia de los otros niños por la cantidad y persistencia de los errores antes mencionados. Cuando nos encontramos un niño disléxico tenemos que atender dos aspectos: -La reeducación; este requiere una educación especial. La dislexia no es grave, pueden hacerse ejercicios y prácticas, muy simples que ayuden al niño a formar claro su esquema corporal y las nociones espaciales (izquierda, derecha). -Clima afectivo adecuado; una actuación inadecuada por parte de los padres y maestros puede no solo crearles trastornos afectivos, si no también la reeducación será inútil. Los padres deben tener en cuenta que el niño disléxico es un niño normal; y así deben dárselo a entender.

 

Lic: Adilia Medina Narbona

Psicóloga Clínica

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