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POEMARIO ESTELIANO |
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CANCIÓN DE LAS HOJAS MUERTAS Canción de las hojas muertas, auroras color de nácar, ¡sinfonías otoñales!. Tibiezas en
tus días, humedad sonriente en las mañanas. ¡Qué tardes tan silenciosas! ¡Qué morir tan solitarias! Cuánto me hacéis soñar al veros, Qué fácil vibran las fibras de mi alma. Recuerdos de mi tierra que guarda para mí la infancia. La primavera llora las hijas de sus entrañas, y al morir dejan lamentos las notas de sus sonatas. Camináis solas, por sendas solitarias, ligeras, como el viento, livianas, como el alma, frías, como el agua. La primavera en las cenizas, redimirá con un himno a vuestras almas. Yo al morir cantaré esas notas, para llorar aquellas lágrimas. Dormiré en silencio sus tibiezas, para que humedezcáis
con vuestros besos la tierra que me guarde. ¡Caminad! Corred por los caminos que andaban los enamorados, respirad su juventud que impregnó el ambiente, para dulcificar vuestra muerte
asegurada. Huid del tiempo que os sigue porque el invierno, para enterraros os aguarda. Recordad que el pensamiento mío os acompaña. Con mi canción os doy el alma, ¡Oh! vagabundas y solitarias. Mario Valenzuela Moreno, Madrid, 30/Octubre/1960. |
OLVIDANDO Se mezclan aspiraciones desatando hambre de libertad pienso en: claveles, fantasías y canciones que ahuyenten mi melancolía. Como pétalos caídos son estas ansias de amarte nudos en la
garganta máscaras en mi rostro y se me va el aliento buscando el consenso de mis suspiros y disimulando... Mario Meneses Barrio El Rosario Carnicería Castellon1 ½ c, al sur. NO IMPORTA (A mi hija inmigrante) No importa que la distancia enemiga me impida estar contigo, si al final, volverás sobre tus pasos y llorando, nos tomaremos de los
brazos. No importa el camino largo si al final del letargo de estos años que han pasado nos habremos encontrado. No importan las épocas malas que cortarán nuestras alas ni la frontera inerte que me ha impedido verte. Llegará el tiempo esperado de respirar el oxígeno de tu tierra y cortar el fruto reventado de la geografía de tu Patria. Mérida Padilla Cáceres Dic-1998 |