GRACIAS POR UN DIA MAS… NICARAGÜENSE
EN LAS GRANDES LIGAS |
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“Y es que, muchas veces las grandes
historias son protagonizadas por hombres sencillos y resignados al fracaso,
pero que únicamente necesitan un pequeño toque de Dios para volar a nuevas
alturas, como las que alcanzó Pedro, roca de nuestra iglesia”. Un día de estos mientras me regocijaba
leyendo la noticia sobre el ascenso de Devern Hansack al baseball de grandes ligas, recordaba también
algo que sucedió hace mucho en los tiempos bíblicos, cuando nuestro Señor
Jesús llamó a Pedro mientras este humilde pescador se ganaba el sustento con
su trabajo. Y es que; muchas veces las grandes historias son protagonizadas
con hombres sencillos y resignados al fracaso, pero que únicamente necesitan
un pequeño toque de Dios, para volar a nuevas alturas. Así como Pedro –pescando-, estaba Devern. Me lo imagino en plena faena con el sudor perlado
en su frente y a cargo de alguna barcaza, tratando de disimular la desilusión
del fracaso en su carrera en el baseball profesional, producto de su propia
desorientación. Pero; también, así como a Pedro,
alguien llegó a buscarlo hasta Laguna de Perlas -allá en nuestra Costa
Caribe-, le propone una nueva oportunidad y se lanza nuevamente en busca de
esa oportunidad, pero esta vez de una forma muy diferente; con Dios de la
mano. Abrazó fuertemente su segunda oportunidad, cambió su vida bohemia y en
muy poco tiempo llegó al big show…Dios le tendió
una mano y él no la soltó, ¡que forma de agradecerle!, tiró ni más ni menos
que un juego sin hit ni carrera en la segunda oportunidad en el montículo de
“la gran carpa” y en el último de la temporada. Es considerada la hazaña de Devern, la segunda mejor faena en este nivel (grandes
ligas) para un nicaragüense, solo después del juego perfecto de Dennis Martínez; pero su proeza magistral no son esos
cinco inings sin hit. ¡No!. Más bien es por la
recuperación de su autoestima por encima de las dificultades y las
desilusiones de la vida. Descubrió que existen cosas más importantes, como la
presencia del Señor en nuestras vidas, y con ello logró enderezar aún a
tiempo el curso de su existencia. Ahora tiene muchas líneas que
escribir en la historia del baseball, es el inicio de una nueva etapa en su
carrera y un gran ejemplo para la presente y las futuras generaciones. Si pudiera describirse en una sola palabra
ésta sería: perseverancia. “Pues tengo por cierto que las
aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que
en nosotros ha de manifestarse” Rom, 8; 18. Hay una lección que podemos
aprender con Hansack, y qué bueno es escuchar como
agradece a Dios en cada entrevista por el tiempo que le ha regalado. El,
parece haber aprendido la lección… ¿y nosotros? Nelson Flores Chavarría llandlur@yahoo.com |