EL ROLL DE LAS PULPERIAS EN LA ECONOMIA LOCAL

 

 

Pulperías de Estelí

 

Las tiendas diseminadas en los barrios, conocidas popularmente como “Pulperías” son pequeños negocios familiares, especializados en la venta al detalle de productos de primera necesidad para el uso diario en el hogar, tales como: granos básicos, artículos de limpieza, refrescos, golosinas, bisuterías entre otros, que forman parte de la canasta básica; en algunas podemos encontrar los útiles escolares para nuestros hijos y hasta el regalito para la cumpleañera del mes. Podemos decir entonces que en una pulpería se puede encontrar de todo un poco.

 

Por su importancia en el comercio minorista local –barrios-, donde predomina un mercado de consumidores con la baja capacidad de compra debido a los bajos ingresos de la población, resulta muy conveniente conocer el funcionamiento y rol económico de las pulperías. Desde esta perspectiva cabe preguntarse: ¿Cómo surgen y quien las financia? ¿Cuál es su relación con los consumidores? ¿Cómo se relacionan con los proveedores de productos y de recursos financieros?. 

 

De acuerdo con datos obtenidos (Entrevistas, Revista el Esteliano Oct, 2006), las 530 pulperías de Estelí –según la Alcaldía- en su mayoría han surgido como iniciativa privada, algunas con capital propio (60%) y otras con el financiamiento principalmente de  microfinan-cieras (40%). Su funcionamiento se basa en el conocimiento muy detallado de sus clientes a quienes venden al crédito –fiado- o en efectivo.

 

Se estima que el 13% de las familias estelianas reciben crédito –fiado- de las pulperías, lo que representa un monto aproximado a unos 5 millones de córdobas mensuales -277,000 dólares-  contribuyendo de esta manera a solventar los problemas de liquidez de las familias con más bajos ingresos, siendo sus principales clientes: maestros, enfermeras y otros empleados públicos o del sector privado con bajos ingresos. Las operaciones de crédito que representan un 46% de las ventas mensuales en las pulperías, se basan en el conocimiento del cliente y la confianza; debido a esto no requieren de los requisitos crediticios obligatorios del sector financiero o grandes distribuidores. En este sistema los clientes abonan quincenalmente o mensualmente y vuelven a fiar nuevamente en ciclo ilimitado de tiempo.

 

Esta función económica y social es muy importante, pero lamentablemente, es poco reconocida por los agentes económicos gubernamentales y privados quienes deberían brindar más apoyo a este modelo de comercio en mercados de bajos ingresos donde las pulperías juegan un papel determinante en la comercialización de productos básicos y nivel de consumo. Gracias a este modelo solidario y de mucha sensibilidad social entre pequeños comerciantes –pulperos- y clientes pobres, es que la presión social por la canasta básica se ha mitigado años tras años, evitando de esta manera un estallido social violento y de alguna manera subsidiando un sistema económico dominado por bajos salarios.

 

Es muy triste conocer que el sector privado conformado por grandes empresarios –banca financiera, distribuidores mayoristas- y el mismo gobierno, se muestren insensibles ante aquellos ciudadanos de más bajos ingresos –que son la mayoría-  y que más bien los pulperos, que reciben las menores utilidades en la red de comercialización, se muestran solidarios ante las dificultades de sus vecinos.

 

Instamos al sector privado y en particular al gobierno a diseñar e implementar políticas que favorezcan la dinámica comercial de las pulperías en los barrios, tanto en Estelí, como en toda nación. Estas políticas podrían ser inicialmente préstamos con mayores plazos y menores tasas de interés, mayores plazos para créditos otorgados por proveedores de productos, retomar un sistema de consignación que antes existía, incentivos fiscales y reducción de impuestos municipales. El sector privado y el gobierno deben ser más solidarios y más sensibles.

 

Revista El Esteliano

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