¿ESTAN  SUS HIJOS EN LAS MEJORES MANOS?

Le ha pasado en algún momento por su mente que las personas en qué confiamos para el cuido de nuestros pequeños, pueden algunas veces ser nuestra peor amenaza; todos los padres en algún momento hemos tenido este dilema, si podríamos confiar en la persona que se ha delegado esa gran responsabilidad cuando nosotros estamos fuera de casa por razones de trabajo. Muchas veces nos hacemos diferentes preguntas como ¿Tendrá experiencia? ¿Tendrá paciencia? etc.

 

El maltrato no lo podemos ver de manera aislada, por lo general el maltrato viene de diferentes espacios y no solamente de la casa, por ejemplo, de la escuela, el CDI entre otros. Por eso el maltrato debe verse como un problema más amplio en el que está inmersa toda la sociedad. Muchas veces, quienes maltratan a los niños, son precisamente personas con algún lazo de afectividad como familiares, maestros, vecinos, empleados, incluso en algunos casos sus padres que son personas que se supone deben amar y proteger al niño.

 

Descubrimiento de los malos tratos:

Los niños de menos de seis meses no podrían ser víctimas de accidentes como por ejemplo,  cuando nos dicen que “el niño se calló de la cama, o se rodó de la hamaca y se le rompió el brazo”, lo cual es totalmente imposible, ni tampoco se lesiona  a sí mismo algunas personas que maltratan a los niños no muestran interés alguno por la lesión, otros están extremadamente perturbados o con temor, tales comportamientos son sospechosos y deberían revisarse. Es necesario estar alerta sobre los posibles casos de malos tratos.

 

Se utilizan cuatro categorías para clasificar lo que es el maltrato en un menor, violencia física que es el más evidente e implica cualquier lesión inflingida al menor como: hematomas, quemaduras, fracturas, etc. Abandono físico o negligencia: que puede ocasionar en el menor daños accidentales como por ejemplo: la administración a un lactante de grandes dosis de sedantes, son evidentemente tan peligrosos que equivalen a maltratos. El maltrato emocional: que son los insultos, gritos falta de afecto, este es el más difícil de detectar y causa graves consecuencias emocionales. La explotación sexual: este supone actos tales como incestos, violación, pornografía, etc.

 

El abandono, la negligencia, pueden constituir una forma insidiosa de causar daños; esto implica una falta del progenitor o de la persona que cuida al menor, en cuanto incluye en el abandono alimenticio la falta de cuidados médicos o la ausencia de la suficiente protección del niño contra riesgos físicos y sociales.

 

Señales de alerta:

Hay algunos indicadores para detectar si su hijo está recibiendo maltrato:

• Actitud: el niño se vuelve sumiso, huidizo y muy callado.

• Problemas: empieza a tener problemas en la escuela y bajo rendimiento escolar.

• Desarrollo: no tiene desarrollado su proceso de aprendizaje; por mucho que la maestra le explique las lecciones, el niño se muestra ausente.

• Socialización: el niño maltratado no comparte socialmente con sus compañeritos de clases, se vuelve pasivo, cuando anteriormente no era así.

• Agresividad: otros niños se pueden volver completamente agresivos, golpear a otros niños; volverse violentos.

• Trastornos de personalidad: como una baja autoestima.

 

¿Qué hacer? Una vez detectado el problema, los padres deben hablar con el niño, establecer una buena comunicación y buscar ayuda profesional “este niño debe superar sus trastornos emocionales”; dar amor y comprensión para que el niño tenga confianza en los padres. Se recomienda integrar a estos niños a actividades recreativas como danza, manualidades, música, teatro entre otros, para que reconozca que tiene capacidades y habilidades y sepan canalizar esta energía de su cuerpo, trabajarles su auto imagen para que tengan un concepto positivo de sí mismo.

 

Es importante saber que la base psicosocial de un niño es de cero a cinco años, por tanto es en esta etapa de la vida del niño que se deben formar todos los valores, la comunicación, confianza y amor para educar niños seguros.

 

Lic. Adilia Medina Narbona

Psicóloga

Tel. 00 505 713 2241