JOSE HECTOR CANO SIEMPRE DISPUESTO AYUDAR Y CON UN GRAN  AMOR POR LOS NIÑOS

Trasmitir sus conocimientos y consejos a los niños y jóvenes estelianos es su principal objetivo. Don José Héctor Caño, originario de Managua y radicado en Estelí, técnico en reencauche, oficio que desempeñó durante treinta años, actualmente está jubilado. El es líder de barrio, y un fanático del béisbol con una trayectoria de cincuenta y cinco años en él deporte, un hombre humanitario interesado en el bienestar de la población y con un inmenso amor por los niños.

A sus setenta y un años de edad ha dirigido ciento cuatro equipos, por sus manos pasaron jugadores que llegaron a convertirse en estrellas del béisbol profesional como: Alejandro Arana (zorrito Arana), Rigoberto Mena, Nemesio Porras, Carlos Rosales (calin Rosales), Gustavo Aviles, Julio Blanco (el boludo), Alfredo Manzanares, Juan Moreira, Mario Ruiz, Roberto Olivares, entre otros. Se inició en la década del cincuenta llevando a los campos a niños del Junior y Plumas Rojas, para los que hacia guantes de lona y pequeñas colectas para mantener los equipos.

Consiguió grandes glorias, fue Campeón Nacional de Nicaragua en las Ligas Amateurs doble A en 1960-1965, campeonato inaugurado por el presidente de ese entonces Rene Chick Gutiérrez. Una época en que los jóvenes jugaban con verdadero amor al deporte, arribando a Nicaragua grandes jugadores como: Orestes Miñoso, (Ángeles cul), Wili Miranda, Carlos Paulo, Enrique Izquierdo, José Payan, Roberto Clemente, Dicon Jhon y José Antonio Lacayo.  Para ese entonces se comenzó la primera liga profesional de Nicaragua, viniendo grandes jugadores como: Andrade Olmo, Yack Creyli, Jink Cond, Ronie Janzel, Pack Ottely, Misulungo Herrera, Silverio Pérez, Jhon Jith, Claro Duani (meneito Jonson), Marvin Tranverri.   y otras luminarias que estuvieron en grandes ligas.

Cuando trabajaba para el Ministerio de Fomento, junto a sus compañeros, organizó la semi profesional, en la que participaron peloteros como: Wili Juker, Gilberto Juker, Potrero Acosta, Artilio López (el gallito López), Wilfredo Arcia, Julio Torres (bicicleta), José Antonio Lacayo y otros. Dirigió el equipo Baterías Banic, coronándose campeón en aquel entonces.

Viajó a diferentes departamentos de Nicaragua participando en campeonatos realizados en Granada, Masaya,  Ocotal y Somoto. En 1965 siendo un joven de barrio, sin mucha experiencia fue campeón nacional con el Pellas, siendo manager, jugador activo y jefe disciplinario ganándole al equipo de Estelí ocho a cero, destacaban en ese entonces los hermanos chorros de humo: Juan José y Enrique Altamirano.

Actualmente coordina un preescolar que se llama Pajarito Azul en las Aldeas S.O.S, el cual alberga a niños de dos a cinco años, en su barrio participa en las jornadas de vacunación, abatización y en todo lo que está a su alcance. Para Don Héctor los niños son el presente y el futuro y hay que darles amor para que se formen digna y honradamente. Es por ello que el trabaja con los “chiquirrines” como les llama cariñosamente, haciendo todo lo posible por ayudarlos y enseñarles sus conocimientos,  manteniéndolos contentos jugando su deporte favorito, ellos le tienen tanto cariño que hasta le dicen abuelito.

Es delegado a nivel departamental de las pequeñas ligas, presidente de la Federación Municipal y coordinador de los presidentes. miembro de la directiva de Los Rojos, equipo que va invicto, en éste, están involucradas personas profesionales y campesinos.

Ha viajado a países como: Argentina, México, Venezuela, Guatemala, Salvador y Costa Rica por motivos de trabajo. Durante toda su carrera no recuerda que lo hayan sancionado por algo ilícito. Asegura que un atleta tiene que llevar una formación correcta porque si nosotros comenzamos a engañar a un jovencito a edad temprana, se va formando un mal concepto, de los activistas, de los demás atletas, y de la federación.

Don Héctor Cano es padre de once hijos con los que sostiene una estrecha relación, treinta y ocho nietos y tres bisnietos. Explica que a sus hijos los ha tratado por igual, dándoles amor y buenos consejos y aunque los padres reciben siempre reproches de sus hijos, ya se sabe que no somos perfectos. No se les puede dar todo lo que desean por que siempre hay algo que hace falta. Se casó tres veces, y hoy agradece a Dios que le ha dado la dicha de vivir con su ultima esposa la señora Rosa Margarita Salcedo Lagos, una gran mujer, abnegada en su hogar y amorosa con sus hijos, a quien admira y ama.

Hay algo que desea compartir con los estimados lectores, que evitemos la proliferación de las drogas, eso es una muerte lenta para nuestros jóvenes, y una crueldad de las personas que la distribuyen, están cometiendo un homicidio total. Como impulsadores del deporte debemos hacer todo lo posible por enseñarle a la juventud y la niñez buenas costumbres y aconsejar incasa-blemente.Revista El Esteliano.

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