¿CÓMO DIRIGIR A LOS EMPLEADOS?

Para dirigir mejor a los empleados hay tres aspectos básicos muy importantes, que son como tres teclas que hay que tocar bien:   La motivación, La comunicación, El liderazgo. 

Tener un puesto de trabajo no garantiza en absoluto un esfuerzo personal de justa contraprestación. Es decir, no garantiza que los miembros de un equipo- trabajadores-, realice sus tareas con toda la eficacia y rendimiento adecuado; que sean conscientes de que van en el mismo barco con los líderes – gerentes, coordinadores- y otros miembros del equipo – compañeros-;  y que han de remar a tope. Que le empresa tiene que ser rentable y competitiva.

En esta perspectiva, la motivación adquiere dos dimensiones: Motivación económica que, apoyándose en sueldos e incentivos, anima a los miembros- trabajadores- a volcarse en su tarea y en su rendimiento personal; Motivaciones psicológicas que, promuevan la ilusión de un proyecto común,  la necesidad de mejorar la calidad del trabajo,  la confianza que se deposita en él y en sus aportaciones, en las posibilidades de promoción personal y motivación hacia la necesidad de ser competitivos.

 Por su parte, la comunicación, en sus diversas direcciones verticales y horizontales, es otra cuestión imprescindible. Empresa sin comunicación es empresa, por lo general, “sin futuro”. En un mundo cada día más competitivo y duro en los mercados, aquel que no  funcione como un reloj, acabará por irse a pique, en el momento menos pensado.

 La comunicación requiere canales abiertos en los diferentes niveles de liderazgo( gerentes, coordinadores, miembros del equipo). Necesita que ésta  sea de doble dirección, de arriba abajo, para transmitir criterios, consejos, información, metas y sobretodo esperanza. Pero, también, de abajo hacia arriba, para informar y consultar. En este proceso debe incluirse sin postergación la comunicación horizontal, que es fundamental para la generación de ideas y soluciones a problemas. Este es el valor agregado que los equipos aportan a su empresa.

 Una empresa moderna ha de apoyarse en una circulación muy fluida de información veraz, creíble y asumible. Los miembros de los equipos- trabajadores-  deben conocer la marcha de la empresa, su lucha en el sector y en los mercados, así como los objetivos que ha de conseguir. La Dirección, por su parte, no puede caminar de espaldas a las realidades de su empresa, desinformada o con información incompleta o poco precisa.

Otro factor importante es el liderazgo. Este es el tema, que se está llevando actualmente en los foros de formación empresarial. ¿Cómo ser líderes en la propia empresa? Todo el mundo asume que un líder arrastra y, por tanto, un director líder se llevará detrás a su gente en pos de los objetivos que persiga.

 El liderazgo tendrá como consecuencia, la inspiración, confianza, pasión, esperanza y voluntad de los miembros para que estos  cumplan  mejor con sus responsabilidades teniendo confianza en sus tareas. Pondrán intensidad en la ejecución del trabajo, toda su experiencia y sus habilidades. El líder, no predica desde la sombra. Se pone al frente, de forma que se le vea, anima, motiva, empuja, apoya y lleva al equipo en  pos de las metas de la organización.

El líder es, a la vez, exigente y comprensivo. Exige a sus empleados que cumplan con su deberes y obligaciones, pero comprende sus circunstancias personales y sus características psicológicas.

El líder marca líneas claras y coherentes de acción, no zigzaguea continuamente. Confía en sus empleados, pero vigila que cumplan. El líder de primera, va siempre por delante y no se aparta ni se esconde.

 Si los tiempos son duros, está ahí para animar y para trabajar. Si los tiempos son buenos, sigue para que no decaiga el esfuerzo.

 El líder no cae en los favoritismos, ni en las componendas del personal. No se rodea de aduladores emboscados ni de torpes sin futuro. A estos los aparta y busca a los mejores de entre su gente.

 Finalmente solo aquellos que sepan conjugar bien la motivación del personal, la comunicación con y de su personal; y vayan en pos del liderazgo  triunfarán.  El éxito en la batalla  de la competitividad de las empresas, requiere victorias en estos frentes.

 

 Aportado por: 

El Rincón del Gerente.  

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