POEMARIO ESTELIANO

Y NO ERAS UN SUEÑO

 

Te veía, pálida como la aurora,

sola como una esperanza,

sonriente como una fuente,

pero en el fondo triste,

con tristeza de lágrima.

Delgada como una espiga,

alta como una palma,

profundidad violeta en tu pupila

y languidez dormida en tu mirada.

sonrisa de perlas en tu boca

y dos pétalos de sangre

desmayados en tus labios.

 

Ahora veo tu figura,

cogida del brazo de tu sombra

acercarse lentamente ...

Te meces en tu cuerpo

cual juncos en el agua.

Caminas como un cisne

nadando en vestiduras blancas

y tus pasos llevan el ritmo,

de un ballet que danza sobre el agua,

de un reloj de arena,

que se agota caminando

en cárcel cristalina,

que tiene color de lágrima.

 

Te acercas, te veo

y creo que estoy soñando,

te creía huidiza como el éter,

intocable como la nada,

frágil como un suspiro

que se despedaza en el aire,

o lejana como una estrella

que tiene frío de distancia.

 

¡Todo parece mentira!

sentirte junto a mí,

cerca, tan cerca

que ya no puede mi alma.

Mi cuerpo tiene temblor de muerte

sacrificio entre dos lanzas,

dos lianas trepan por tu tronco,

para perderse en la hermosura de tus ramas.

 

Ahora que estamos solos

y que no existen distancias,

ahuyentemos nuestras dudas

y amémonos con ansias.

Durmamos nuestro sueño

sin temores vespertinos,

recostados en la noche;

que alguien, no temas,

alguien, nos despertará mañana.

 

Mario Valenzuela Moreno

 

COMPAÑIA

 

Vislumbrante el momento,

se me aquieta el alma

no es oscura mi existencia

respiro profundo, tengo esperanza

cada angustia es un escalón

a un mañana mejor.

 

Es imposible no pensar en Dios

el inquilino de todos mis instantes

en cada latido de mi corazón

percibo significados.

 

Me equivoco, lloro, sufro, aprendo

como se teje algo bello

con tanto desastre,

solo mi creador puede hacerlo.

 

Estoy sano del veneno mortal

libre de las redes amenazantes.

 

 

Mario Meneses

Carnicería Castellón  1 ½ c al sur

Barrio El Rosario

 

SEMBRADORES

 

Sembradores es lo que somos

¿Pero qué semilla sembramos?

A veces la que sembraron nuestros padres

Y germinó en nosotros.

 

Fue buena, fue mala, eso lo sabemos

Si fue buena queremos sembrar nueva semilla

Si fue buena, la dejamos así o la mejoramos

Pero no basta solo sembrar.

 

¿Cuidas tu campo

Vigilas tu semilla?

Y observas que fruto trae

Ves que son los tuyos.

 

Si no es así, otros regaron y sembraron

Por descuidar de esa semilla

Que dios en tu mano a ti te dio

Como son los hijos.

 

Nuestra mejor semilla

Reflejo de nuestro propio semillero

Del cual nosotros a su tiempo

Nos daremos cuenta que lo que sembramos

Eso también cosechamos.

 

 

Rigoberto Molina  P.