POR  AMOR A NUESTROS JÓVENES

Seamos buenos samaritanos, hacedores de la palabra. Santiago 1:22.

 

¿CUANTO SE DEMORA EN

LLEGAR EL ÉXITO?

Muchos de nosotros manifestamos que amamos a Dios, aunque con nuestros hechos lo negamos. Pero ¿Cómo podemos decir que amamos a Dios a quien no vemos, si no amamos a nuestro prójimo a quien vemos a  diario? (Rom.12:10).

La Biblia nos enseña con la parábola, “El Buen Samaritano”(Lucas 10:30-34): -la actitud misericordiosa del samaritano y la indiferencia del sacerdote y del levita. 

¿A quién estamos imitando? ¿ Al levita, al sacerdote o al samaritano?. Los invitamos a imitar al buen samaritano. Él no distinguió quien estaba herido, sino que vio su necesidad y consideró que era oportuno salvarlo.

Nosotros – Ministerio Red de Jóvenes  “Águilas en Conquista”-, te animamos a que si realmente lo estás imitando, no te detengas. Si no lo estas haciendo, te invitamos a que te unas con nosotros a ser un buen samaritano y no el sacerdote o el levita que pasó de largo.

En la actualidad, el personaje que fue golpeado y despojado de sus bienes, está representado en la niñez, adolescencia y juventud rechazada por muchos; y la consecuencia es la violencia- pérdida de paz y tranquilidad- en la sociedad. Ellos- los jóvenes marginados-, son lo que son por no encontrar apoyo y comprensión en sus hogares, ni en las calles; recurren a métodos violentos para sobrevivir.

El aceite y el vino con el cual el Samaritano vendó las heridas del moribundo, hoy son: tu respaldo, consejo y apoyo. Te instamos a que no los juzgues por lo que actualmente hacen, sino por lo que podrían ser.

 Muchos de nosotros -miembros del ministerio-, fuimos rechazados por muchos, pero cuando encontramos buenos samaritanos, que vendaron nuestras heridas y nos brindaron apoyo y amor, pudimos hallarle sentido a la vida; y cambiamos nuestra forma de ser. La vida por la muerte, la felicidad por la tristeza, lo bueno por lo malo, el amor por la venganza. El liderazgo para el bien que nos identifica.

Ahora servimos a Jesucristo con amor y dedicación ayudando a otros a encontrar una vida feliz, eterna y en abundancia.

¿Te gustaría empezar a ser un buen samaritano? Talvéz dirás ¿Cómo? La oportunidad te llegará cuando encuentres una persona que necesite tu consejo y ayuda; no lo rechaces. Recuerda: Este también es tu prójimo. Sonríe, Jesús te ama.-

Si quieres apoyar a grupos juveniles con problemas llama al Cel. # 8469440 o comunícate a Angelga19@yahoo.es.

 

Angel Gabriel Quintero.

Red de Ministerio Juvenil Águilas en Conquista.

Iglesia de Dios Central

 

Muchos son los que tratan de encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados sin entender que el triunfo es simplemente el resultado de nuestro crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

Si sabes acerca de la siembra, sabrás que tú no pones la semilla, riegas el agua y luego te sientas a esperar para recoger el fruto. Todo en un mismo día. Aquel que cultiva la tierra, tampoco se para frente a la semilla y grita con toda su fuerza: ¡Vamos, crece!, ¡Vamos , crece! ¡ Crece!.

Para aquellos que no tienen ninguna idea acerca del cultivo de la tierra déjenme decirles algo: El gritarle a la semilla es una forma poco eficaz de cultivar la tierra. Hay que abonar la tierra, sembrar buena semilla, regar la tierra regularmente, aunque muchas veces parezca que nada está sucediendo. No podemos renunciar.

Es triste ver cuantas personas renuncian cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Sin embargo, el éxito sólo llega a aquellos que perseveran y saben esperar.

Cuantos de nosotros, a veces impacientemente nos encontramos diciendo ¡crece, vamos, crece! en nuestras propias vidas. Muchas veces sin tan siquiera haber puesto la semilla en la tierra o haber abonado la tierra o haberla regado. Es necesario comprender que absolutamente nada que valga la pena sucede de la noche a la mañana.

Sí, el éxito requiere tiempo. Hay algo curioso que sucede con el bambú japonés. Cuando pones la semilla  la abonas y las riegas constantemente ves que en los primeros meses no sucede nada apreciable. Es más, durante el primer año no sucede nada. Durante el segundo año o el tercero. Es más, durante los primeros siete años no pasa absolutamente nada con esa semilla. Sin embargo, durante el séptimo año en un período de seis semanas esta planta de bambú crece más de 30 metros.  Ahora la pregunta es ¿tomó esta planta sólo seis semanas para crecer? ¿O tomó siete años y seis semanas?  Ustedes que creen?

Bueno, la verdad es que tomó siete años de aparente inactividad este bambú estaba desarrollando un sistema complejo de raíces que pudiera sostener el crecimiento masivo que iba a experimentar.

De igual manera es necesario entender que muchas veces estaremos en situaciones donde creemos que nada está sucediendo y esto puede ser frustrante.

Sin embargo, es necesario entender que durante esos momentos algo está sucediendo y ese algo es que estás madurando, que estás creando los hábitos y el temple que permitirá sostener el éxito cuando éste finalmente se materialice.

El triunfo no es más que el resultado de un proceso, un proceso que toma tiempo y dedicación, un proceso que exige aprender nuevos hábitos y la destrucción de otros, un proceso que exige cambios.