JOSE FRANCISCO RODRIGUEZ TELLEZ

Un hombre que ha sabido navegar en las olas de la vida

 

 

José Francisco Rodríguez Téllez nació en la Ciudad de  Estelí en Diciembre de  1947, su familia está integrada por 8 miembros, de los cuales 5 son mujeres y 3 varones, él y sus hermanos han trabajado desde pequeños; comenzó a la edad de 7 años vendiendo tortillas, chicles y leche de burras; también se ha desempeñado en diversos oficios como mecánico, chofer.

 

 Actualmente es copropietario junto a sus 3 hijos del taller “Guadalupe” que fue fundado con la ayuda de su madre hace 32 años. La idea de poner el taller surgió en un momento difícil de su vida, estaba en bancarrota, se le había quemado el vehículo con el cual trabajaba, tuvo que recuperarse, posteriormente comenzó a trabajar con la organización llamada Fomenta (Programa Regional del Fomento de la Tracción Animal), ahí le sugirieron que fabricara arados, para lo cual le dieron 4 cursos de capacitaciones  en el que también participaron sus hijos.

 

En el taller han fabricado 1,598 implementos agrícolas hasta la fecha; pero, para su crecimiento como empresa innovadora contaron con el apoyo de FOMENTA a través de quien –con el aval- recibieron un préstamo de 58,000 dólares de Banco Uno, así iniciaron el camino a la prosperidad. Compraron  maquinarias nuevas en una inversión que ascendió a los 35,000 dólares; también compraron materia prima por un monto de 5,000 dólares. Con esto iniciaron. Han logrado con el tiempo exportar más de 300 arados combinados para diferentes países centroamericanos y hasta la fecha no han recibido quejas por la calidad del producto vendido.

 

Actualmente trabajan con recursos propios debido a los altos intereses, mismos que superan la rentabilidad del negocio. Poseen maquinarias, pero no las suficientes, el problema es la dificultad del financiamiento que a través del tiempo no les ha favorecido.

 

La tecnología con que cuentan ha sido introducida por medio de folletos que les facilitaron los Ingenieros de FOMENTA, quienes los capacitaron; y con este conocimiento han fabricado todos los implementos  que actualmente venden.

 

El proceso de comercialización se basa en la relación con organizaciones como las ONG’S, que les hacen pedidos; a ellos le solicitan el 50% del valor por adelantado para asegurar la venta. El volumen de producción depende de la cantidad de pedidos que realicen los clientes. 

 

Mantienen un stock de veinte arados para pedidos sorpresas, los que ocurren cada dos meses. Su producción es dee 300 y 400 arados por año. Los precios varían según el cliente, para empresas privadas es un 20% más caro que para los proyectos de desarrollo. Un arado vale 1,000 córdobas, la sembradora 1,800 córdobas y el cincel 1,000 córdobas. La mayoría de su mercado son agricultores.

 

Don José Francisco ha participado en diferentes ferias -Condega, La Gateada, Sébaco, La Trinidad y Matagalpa- considera que en cada actividad se aprende algo. El continuará trabajando con calidad y su meta es producir más y brindar un producto excelente.

 

También lo motiva el reconocimiento que recibió a nivel Latinoamericano  por su valioso desempeño y espíritu emprendor, en la fabricación y difusión de la tecnología con tracción animal; lo ha impulsado hacia la excelencia.

 

El afirma que debemos luchar por llegar a realizar nuestras metas,  aprovechar las oportunidades, estudiar para ser buenos técnicos y profesionales, forjar un buen futuro. Las pequeñas, medianas y grandes empresas deben trabajar con eficiencia, para el desarrollo del país y el bienestar de nuestras familias. Finalmente insta a las financieras que reduzcan los intereses de los préstamos  para que puedan ser accesibles a los microempresarios y agricultores.

 

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