ALDO MARCELL VELASQUEZ OLIVAS

joven de manos prodigiosas capaz de transportarnos a un mundo lleno de fantasía y sutileza

 

 

Es el menor de cuatro hermanos, se ha desempeñado como biólogo en investigaciones sobre orquídeas, le gusta la caligrafía, de hablar pausado, amable y con una inteligencia admirable, este joven refleja el poder de la imaginación, elaborando diferentes figuras, utilizando únicamente papel y tijera. Con místicos movimientos de sus manos, Aldo Marcell Velásquez Olivas de veintinueve años de edad, es capaz de elaborar innumerables formas de variados colores y tamaños, transportándonos a un mundo diferente, lleno de fantasía y sutileza. Desde pequeño se interesó por esta disciplina artística, fabricando los tradicionales avioncitos y barquitos que en algún momento aprendemos todos. Luego a la edad de diez años comienza a interesarse por las figuras de una revista ideas. Su entusiasmo crece y a los once años de edad inicia a aprender mediante instrucciones y manuales con gráficos y poco a poco se fue perfeccionando en este arte del que ahora es todo un experto.

Llamado Origami: Oru= doblar y Kamia= papel, este arte es practicado en Japón, país que lo ha acogido como tesoro cultural y actualmente ya es considerado un arte universal al que siguen muchos aficionados alrededor del mundo, cada uno aplicándolo a su nacionalidad. Para este joven esteliano ha sido un verdadero reto aprender, ya que la información sobre Origami es muy escasa y los libros que ha logrado encontrar son de figuras muy fáciles, tradicionales de idioma ingles y japonés. Fue por ello que durante un largo tiempo dejó de practicar su arte, retomándolo cuando una de sus maestras de educación práctica le obsequió un manual. Tiempo después tuvo la oportunidad de recibir un curso impartido por jóvenes japonesas en Managua, donde le fue posible observar una gran diversidad de gráficos y fue entonces donde pudo darse cuenta de la infinidad de figuras que se pueden hacer.

Seleccionando el tipo de papel de acuerdo a lo que desea, este joven esteliano con una habilidad sorprendente es capaz de elaborar diferentes representaciones atractivas como: sólidos matemáticos, estrellas, cajas, figuras humanas, insectos en toda su anatomía, plantas animales y otros. Los colores varían, según el tipo de figura que se va a elaborar.

Inspirado en las cosas buenas de la vida, la naturaleza y sobre todo las orquídeas, obtiene con sus manos creaciones únicas, permitiéndole sumergirse en un mundo de mucha paz. Explica que cuando dobla papel, combina los colores y junta las piezas se olvida el estrés y los problemas, además de la satisfacción de ver una imagen de lo que antes era una simple hoja de papel. La Origami es practicada por odontólogos, ingenieros así como por personas artríticas, a quienes les ha ayudado a contrarrestar el avance de esta enfermedad y utilizada en terapias psicológicas para ejercitar la mente.

Entre sus metas propuestas están desarrollar más su talento, aprender sobre los materiales que se pueden utilizar, así como proyectar el arte y compartirlo con personas que les interese, transmitiendo su entusiasmo y filosofía dentro de la Origami. Anhela dirigir jornadas de reciclamiento de papel y que muchos jóvenes y adultos aprendan esta admirable labor. Desea poder dedicarse tiempo completo a este fascinante trabajo. Por el momento imparte clases en la biblioteca Samuel Meza, la cual le facilita el local. En el futuro piensa editar un manual con las figuras inéditas de su autoría, explicando su procedimiento. Pero para ello, necesita de herramientas como una cámara y una computadora que le facilite lograr este proyecto.

Cuenta con el apoyo de su familia y amistades como Lilliam Hall y Byron Picado, quienes han seguido de cerca sus éxitos, apoyándolo en sus ideales, animándolo a continuar con tan delicado oficio. Este entusiasta joven acaba de viajar a Perú representando a Nicaragua en una convención sobre intercambio de ideas y conocimientos con otros entusiastas de Origami, en la que están participando países como: Brasil, Bolivia y Colombia. Su reto es poder trabajar a la perfección la técnica, mediante dobleces con papel húmedo, así como elaborar máscaras alusivas al folklore nicaragüense, ya que hasta ahora, solo ha logrado representar algunas como la orquídea silvestre y la mazorca de maíz. Invita a los jóvenes a dedicarse a labores constructivas, a practicar el habito de la lectura sana, aconseja que cada una de las personas se trace una línea a seguir, haciendo lo que les gusta en realidad e invita a la población a dejarse atrapar por el arte en las diferentes disciplinas y dejar volar la imaginación.

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