LOS PUEBLOS INDIGENAS DE LAS SEGOVIAS

(3ra Parte)

 

 

Después de la fundación de León en 1524 los colonizadores españoles penetraron en el norte de Nicaragua. El capitán Gabriel Rojas enviado por Francisco Hernández de Córdoba, partió de León Viejo acompañado de religiosos, y una columna de expedicionarios. Exploró la región y descubrió las minas de Gracias a Dios y San Andrés de la que sacaban oro los pobladores autóctonos.

En 1527 el capitán Rojas fundó la Villa de Santa María de la Esperanza en la confluencia de los ríos Coco y Pantasma. Destruidas por aborígenes de la zona del Quilambé y Pantasma y refundada en 1529. Esta zona muy rica en oro y que los naturales llamaban Tagusgalpa se convirtió en el sitio donde se iniciaría el genocidio de las tribus indígenas nicaragüenses. Los aborígenes de estos lugares por su parte huían hacia las montañas y oponían tenaz resistencia a los esfuerzos de los colonizadores españoles por reducirlos.

 Los esfuerzos por cristianizarlos tuvieron ribetes dramáticos como fue la muerte por despellejamiento a que fueron sometidos los frailes Esteban Verdelete y Monteagudo. En 1544 los españoles dieron continuidad a sus esfuerzos de colonización de Las Segovias,  a través del capitán Diego de Castañeda, quien fundó la ciudad de Nueva Segovia, la cual sería quemada por los indios Zicaques en 1611, prefundándose varias leguas hacia el sur en el valle del Arrayán donde actualmente es Ciudad Antigua. Esta ciudad fue objeto de sucesivos ataques por piratas ingleses, franceses y holandeses apoyados por miskitos, los cuales obligaron a la población rural en 1685 a huir hacia el sur, fundando las ciudades de Ocotal, Somoto y Estelí.

Para efectos políticos y administrativos en esos tiempos la región estaba dividida en el Corregimiento de Segovia y el Corregimiento de Sébaco y Chontales. La economía de la región se fundamentaba en la extracción de minerales especialmente oro y plata y la extracción de brea que la utilizaban para calafatear los barcos que se construían en el astillero del Realejo o bien la exportaban al Perú. Y en menor medida de la agricultura y la ganadería.

La población aborigen se vio diezmada por la rapacidad de los españoles y el maltrato a que eran sometidos. Algunos historiadores estiman que de unos doscientos cincuenta mil habitantes de esta región que existían a la llegada de los españoles se vieron reducidos a menos de diez mil, quienes en su gran mayoría huyeron a las profundidades de las montañas. Sin embargo, en la zona del actual Pueblo Nuevo (Estelí) con algunas familias dispersas el gobernador de Nicaragua don Andrés de Arbieto el 20 de marzo de 1652 fundó el poblado al que le dio el nombre de La Santísima Trinidad del valle del Priego.

Por otra parte la región estuvo vinculada a la evolución política administrativa de Nicaragua, la cual desde 1566 era una Gobernación dentro del Reino o Capitanía General de Guatemala, hasta que en 1786 se estableció la Intendencia de Nicaragua. La que a su vez quedó dividida en cinco partidos: León, Matagalpa, El Realejo, Sultiaba y Nicoya. (Chester Zelaya, 1971) para 1814 se creo el Partido de Segovia que tenía 14,322 habitantes y hacia 1860 la región se dividió en tres departamentos: Segovia, Matagalpa y Chontales. Del primero se segregarían Estelí (1891) y Madriz (1936). Con el transcurso del tiempo Ciudad Segovia perdería su hegemonía frente a Ocotal.

Con la extenuación de las minas del norte la región entró en decadencia. Se sumó a esto los malos caminos que la mantenían incomunicado del resto del país. La construcción de la carretera panamericana en 1948 levantó su importancia económica y social en Nicaragua. En el caso de los pueblos indígenas a pesar del genocidio sometido por los colonizadores españoles y por los gobiernos de turno que los trataron de borrar del mapa tanto física como mentalmente, al punto que la palabra indio era considerada una ofensa sobrevivieron y conservan sus tradiciones y costumbres. Muestra de ello son los pueblos indígenas de: Totogalpa, San Lucas y Telpaneca en el departamento de Madriz y Mozonte en el departamento de Nueva Segovia.

El pueblo indígena de Mozonte aun conserva el titulo real otorgado en 1783 por el rey Felipe V que les otorga un territorio de 23,590 hectáreas y aún el Consejo de Ancianos es una instancia consultiva para la vida del pueblo indígena. En general la población rural de Nicaragua se encuentra saturada de indicadores negativos en materia de desarrollo humano, especialmente los pueblos indígenas, los cuales viven en una situación de desventaja social e institucionalizada (Mario Rizo: 2002) y esperan que la Ley General de los Pueblos Indígenas sea aprobada por la honorable Asamblea Nacional, la cual desde hace tres años se encuentra esperando su aprobación a fin que la sociedad reconozca legalmente los derechos de los pueblos indígenas tanto a sus propiedades comunales como a la jurisdicción y respeto a su cultura.

 

Prof. Jaime Herrera Chavarría.

Escritor esteliano.

Telf. 713-1478