EL SER MEDIOCRE Y EL SER EXCELENTE |
· El mediocre ama su cama como a sí mismo. El
mediocre nace cansado y vive para descansar. · El mediocre descansa de día para que pueda
dormir de noche. · Si el mediocre ve a alguien descansando, de
inmediato lo apoya y lo ayuda. · El mediocre sabe que si está en conflicto
la fiesta y las copas con el trabajo, está dispuesto a abandonar el trabajo. · Para quien es mediocre el trabajo es
sagrado, por eso no lo toca. · El mediocre evade las tareas y siempre está
buscando que su labor la realice otro. · El mediocre tiene presente que nadie se
muere por descansar. · El mediocre deja siempre para mañana lo que
debe hacer hoy. · El mediocre se dice a sí mismo: «Si el
trabajo es salud, que trabajen los enfermos». Cuando
el mediocre siente deseos de trabajar se busca un lugar tranquilo y espera
pacientemente que esos deseos se le pasen. En
cambio · El ser excelente saluda al nuevo día con
mil proyectos por realizar. · El ser excelente sabe que para disfrutar el
descanso debe terminar el día sin gota de energía. · El ser excelente disfruta la noche después
de un largo día luchando por alcanzar estrellas. · El ser excelente reta a quienes le rodean a
luchar. · El ser excelente renuncia a todo aquello
que obstaculiza sus sueños. · Para el ser excelente el trabajo significa
el medio para alcanzar todo lo que desea. · El ser excelente arrebata tareas y como
líder va siempre adelante. · El ser excelente está consciente de que son
tiempos de construir y que ya tendrá tiempo en la eternidad para descansar en
paz. · Para el ser excelente el día es corto, por
todo lo que tiene por realizar. · Para el ser excelente la peor enfermedad es
sentirse inútil. · El ser excelente sabe que en sus deseos
está la dimensión de sus realizaciones. El
ser excelente hace todo aquello que el mediocre no sería capaz de realizar y
está convencido que solamente a través de su entrega incondicional y generosa
el mundo puede mejorar, es protagonista del cambio, es el arquitecto social
de su tiempo, el ser excelente es por supuesto un triunfador. Miguel
Angel Cornejo http://www.cornejoonline.com |