LOS DESAFIOS Y YO ¿CUAL ES MI POSICION RESPECTO A ELLOS? |
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Cada día me levanto con menos ánimos de continuar, duermo con
dificultad pensando en qué haré con todo lo que tengo encima, o en la
incertidumbre del ¿y ahora qué? Levantarme a trabajar se ha vuelto una rutina
asfixiante que requiere un plus-esfuerzo, no sólo es la fatiga física o el
cansancio mental es también, la falta de voluntad para seguir, sólo quiero
quedarme en la cama, desenchufarme, no veo nada bueno delante de mí sino más
que problemas o dificultades, siento que he puesto todo de mi parte, mis
energías, mi empeño y hasta mi perseverancia, pero al final no ha pasado
nada..., las cosas o circunstancias están en el mismo lugar, todo está
estático, sin cambios. Estoy envejeciendo, empobreciendo y quedándome solo, voy hacia atrás, he perdido mi
habilidad de seguir hacia delante, mi capacidad de lucha. El vacío es tan
grande, que ya no encuentro nada con lo que pueda aferrarme, veo frente de mí, un túnel sin final, apenas y
puedo ver el rostro de mis seres queridos y se cuanto les estoy fallando,
pero créanmelo mi sentir está por encima de mi fuerza de voluntad. Me duele
mi familia, mis hijos/as, mis hermanos/as, mis amigos/as, mis vecinos/as, lo
crudo que nos toca vivir. No podés ofrecer lo mejor a tu familia
porque eso implica dinero, otro factor con el que toca jugárselas pues ya ni
siquiera podés comprar tus frijolitos para los tres
tiempos, mucho menos la dieta balanceada que te recomendó el doctor y que con
tanta dificultad fuiste a pagar y no se ajustó para comprar todo el
medicamento. ¿Y los recibos de agua y luz? Cada vez más altos aunque te la
quiten por 8 horas para economizar. ¿La bolsa de quién, para beneficiar a
quién? Mientras el urbano hace su recorrido para llegar cerca de mi casa, veo
la cara de angustia de la mayoría de las personas: Unas por que no vendieron
lo que tienen programado para que su negocio sea rentable y los simples
empleados que como yo cumplimos con la labor, pero no con eso aseguramos un servicio
de comida si quiera saludable o digno. Veo cuantos niños inhalan pega matando el hambre fisiológica y
emocional, grupos de alcohólicos donde ahora es más frecuente encontrar a las
mujeres y sin mencionar a tantos jóvenes que utilizan drogas o vinculados a
actividades delictivas... es decir cuánto desamparo, qué pasa con la raza
humana, ya no nos vemos ni como semejantes, mis lágrimas cubren el rostro, pero no logran quitar mi
amargura...” Aunque muchas cosas mencionadas con anterioridad forman parte de la
realidad de una gran mayoría no se debe pasar sobando o lamiendo la herida
por una eternidad. ¿Quién dijo que la vida es fácil? ¿Porqué dramatizar tu vida? Por qué
permitir que las circunstancias tengan un poder mayor que la vida misma, “¿A
caso no es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?”(San
Mateo 6: 25), será que tanto afán tenga una solución, “y quien de nosotros
podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo”(
San Mateo25:27), dicho de otra manera, será que con lamentaciones o vivir
cuestionándonos por lo que dejamos de hacer o no hemos conseguido,
recuperemos esa armonía o aquello
anhelado. No busques tanto la comodidad, no sea que se vaya con el desafío,
la visión del vivir, es un desafío. Nunca esperes que los demás te hagan más
fácil las cosas, eso es comodidad. ¿Desafío o comodidad con cuál te quedas?
Porque juntas no pueden vivir. Por otro lado, cada aspecto de la vida es un
desafío, por que tratar de facilitar las cosas, sino lo son no lo va hacer. Mientras te mantengas cuestionándote, recriminándote, sintiendo
lástima por voz o inclusive por los demás no vas a recuperar lo perdido.
Puedes conocer algo al respecto, que lo admitas es lo difícil y lo más
importante: “No tengas miedo de admitir que has perdido algo ante los ojos de
Dios”, tu estrategia, tu actuar no está funcionando. No importa los porqué o
en que momento se haya dado la falla, sino que salgas caminando con tus
cargas en hombros. ¡De rodillas, pero no tirada en el suelo, ok! Necesitas reaccionar, despertarte, sacudir el polvo
de tu mente y de tu cuerpo o cualquier tipo de energía o ataduras que no
permiten el desarrollo de tus potencialidades, cualquier carga que te
mantenga aturdido/a. Tenés que aprender a motivarte a vos misma/o. Retomar
ese camino, recuperar tus sueños, tus motivaciones, buscar buenos aliados
pues así como hay amigos que edifican hay quienes más bien te mortifican. ¿Quién te imaginas que puede ser? Busca o vuelve a la fuente, dale la
mano a EL. Ponte en la voluntad de Dios, por qué has perdido tu habilidad, es
ahí donde debés
preguntarte si has seguido la voluntad de él, si has trabajado para conseguir
el bien. ¿Será lo mejor, ser parte del montón?, como todos que solo buscan
una explicación. Solo haz su voluntad, que tu sentido común no te traicione,
marca la diferencia, puedes que tengas confianza en Dios pero, no en tí mismo, reflexiona sobre tu vida con objetividad y si
vas a ser parte del teatro que es la vida, asume un papel activo de cambios,
que seas de bendición, luz en tu vida y en la de lo demás viendo al señor
como tu piloto y no como tu copiloto. ¿Realmente él, guía tu vida...? Dra. Deborah Acuña Psicóloga Clínica. Tel: 00505 714-2041* 8312720 |