El
Pensamiento Sistémico: Nos ayuda a encontrar pautas y a fortalecerlas.
Generalmente solemos centrarnos en partes aisladas del sistema (debemos pensar
a la empresa como un sistema) y luego nos asombramos de que nuestros
esfuerzos fracasen ya sea en la resolución de problemas o en el mantenimiento
del éxito.
El Dominio Personal: Lleva aparejado un alto nivel de eficiencia y quienes
son eficientes pueden lograr los resultados deseados en forma consistente. En
la búsqueda del dominio personal debemos esclarecer y profundizar nuestra
visión, centralizar la energía, desarrollar la paciencia y en general,
encarar la vida con alegría y positivismo.
Los Modelos Mentales: Comprendemos el mundo y actuamos en él, según
nociones y supuestos que pueden estar implantados en lo profundo de nuestra
mente. Podemos no ser concientes del efecto que estos modelos ejercen en
nuestra percepción y conducta, sin embargo pueden llevarnos hacia adelante o
retenernos inútilmente en el mismo lugar.
La Visión
Compartida: Ninguna empresa crece si carece de
una misión, de objetivos y valores que se compartan con todo el personal. La
definición de visión o el carisma de un líder no son suficientes. Una visión
auténtica desarrolla la excelencia y el aprendizaje sólo cuando gente de la
empresa quiere realmente lograr esos objetivos.
El Aprendizaje en Equipo: Es frecuente que equipos formados por
individuos con un Coeficiente Intelectual mayor que 120, tengan un
Coeficiente Intelectual colectivo de dos dígitos. ¿Por qué? Porque no han
aprendido a trabajar juntos. El verdadero aprendizaje comienza con el
diálogo, cuando los miembros del equipo suspenden las suposiciones y piensan
juntos para resolver los problemas o planificar el futuro.
Para resumir diremos que: La capacidad de aprender más rápidamente que los
competidores puede ser nuestra única ventaja competitiva.
Daniel
Cestau Liz
Consultor
Internacional de Mercadeo
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