EL VALOR DE SABER ESPERAR

 

 

Cuántas veces hemos, “metido las patas”, por anticiparnos, por no saber esperar. Cuando uno sabe esperar en Dios, él hace que te saquen. Como que Dios nos está diciendo que él es capaz de usar la fuente que tú menos esperas para sacarte de donde estás metido. De pronto suena el teléfono, hay una llamada, te llama el banco, un cobrador, el día que menos esperabas que viniera la mano de Dios para sacarte de ahí, aparece y te saca. Pero ¿a quién saca Dios? Al que pacientemente lo espera. Por lo tanto, ¿vale la pena esperar? Si los tiempos son de Dios, no comas ansias, por favor.

 

Dios tiene tu vida en sus manos, y nada ni nadie la va a arrebatar de ellas, dice la Palabra; por lo tanto, hay que confiar. No sé cómo esperar, no sé cómo salir, pero sí sé que si espero pacientemente al Señor, él va hacer que me saquen de allí. No se desespere. Lo importante de aprender es creer que Dios lo va hacer, no averiguar como, ¿cómo?, no sé, ahora sí sé que lo va hacer. Dice la palabra “puso mis pies sobre peña…” digan: “y enderezó mis pasos”. Aquí está la sorpresa del capítulo 40 de los Salmos… ¡Enderezó mis pasos! Se me hace que el hombre andaba en caminos torcidos y fue a parar al pozo de la desesperación. No dice que Dios te metió en el pozo de la desesperación, dice que Dios te hizo sacar de allí, pero dice que pacientemente esperaste al Señor y entonces inclinó su oído.

 

Muchos de ustedes se quieren meter en unos grandes problemas y que Dios les oiga de inmediato, pero ya te metiste, ahora espera tu turno para que te escuche. O sea que si vas a salir del pozo, vas a salir formado, porque por error fuiste a caer allí. Quiero que analices dos cosas dice: “puso mis pies sobre la peña”, la peña es Cristo. En Mateo dice que la roca es la Palabra. Porque cualquiera que edifique su casa sobre la roca, o cualquiera que haga mis palabras, que obedezca mis instrucciones, que obedezca mi Palabra, lo compararé a un hombre que edificó su casa sobre la roca, y vinieron ríos y tempestades y golpearon contra ella y la casa permaneció. Luego dice “el que oye mis palabras y no las cumple lo compararé a un hombre que puso su casa sobre la arena”. Se le hundió la casa por no hacer caso a la palabra. No creyó y se hundió.

 

Entonces, dice “puso mis pies sobre la peña. Y me hundí en el pozo”, quiere decir que mis pies no estaban sobre la Palabra, estaba haciendo las cosas con mis propias fuerzas, con mi instinto empresarial, con mi carne, con mi capacidad humana. La gente que sabe usar o sabe esperar que el poder de Dios se manifieste y su gracia abra las puertas, jamás tiene de qué jactarse. Luce ridículo si se trata de jactar en algo que Dios hizo. Los que sabemos dejar que Dios use su poder para que las cosas pasen, entendemos que no fuimos nosotros, entendemos que ha sido Dios. Primera cosa, él dice: “mis pies los pusieron sobre la roca porque no estaban allí”.

 

La segunda, enderezó mis pasos, quiere decir que los pasos estaban torcidos. Y ¿adónde fue a parar con pasos torcidos? En otras palabras, si tú estás sobre la roca, deja que la roca se mueva. Se mueve la roca, se movieron tus pasos, lo que se tiene que mover es la Palabra de Dios. Yo estoy sobre la Palabra, adonde va la Palabra, voy yo. Adonde no va la Palabra, no voy yo. Pero un día se te ocurre hacer las cosas fuera de la Palabra, porque te desesperaste, y dices, “yo quiero los negocios, ¡pero YA!” “Me quiero casar, ¡YA! Antes que el tren me deje”. Y literalmente “metes las patas”. Y ahora estás en el lodo cenagoso, en el hoyo de la desesperación.

 

Pero si estás sobre la roca, la Palabra, jamás podrías poner tus pies sobre el lodo cenagoso. Yo no podría poner los pies allá abajo a no ser que me baje. Pero si me mantengo aquí arriba, mis pasos no se van a ir fuera de la Palabra. Di: “Mis pies se van a mantener sobre la roca, sobre la Palabra que es Cristo, que es la roca. Si la Palabra se mueve, mis pies se mueven con la Palabra, no tendré mis pies en lodo cenagoso.” He visto mucha gente con llamado que su precipitación los tiene hoy en el pozo de la desesperación, y en lodo cenagoso por no caminar sobre la Palabra. Si vas más a prisa de la Palabra, ¿qué te crees? ¿Más inteligente que la Palabra? Salmo 37:34 “Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.

 

Ingrediente número 1: esperar. Dios no exalta al que no espera. Esperemos el tiempo de Dios, donde él abre es porque la cosa es segura, en cada área de nuestra vida. Si él prometió que lo haría, lo hará en su tiempo. Hay bendiciones que las vas a tener conforme Dios te exalta, eso te da acceso a ellas. Cuando eres exaltado por Dios, no habrá cosa que no poseas.

 

Quieres tener casa, carro y tienes mal nombre, mal crédito; eso no es ser exaltado, tienes que esperar, no precipitarte, no  puedes tener todas las bendiciones de Dios de un solo, tienes que saber esperar. Pero aún no tienes la capacidad para resistir tanto. 1 Pedro 5: 5 “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestios de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. No vamos a ser gente que finaliza algo sin saber esperar.

 

Dr. Cash Luna

www.cashluna.org